Una escena rocambolesca. Se la encuentran los que van en coche por la autovía, en sentido Oviedo al atravesar el concejo de Llanes. En el carril de aceleración rozando la autovía los coches se amontonan estacionados. La entrada principal a la playa de Gulpiyuri desde la vía de alta velocidad está cerrada. Así que los visitantes -legión este verano- optan por aparcar allí, en pleno carril de incorporación y sacar tumbonas y toallas de los coches antes de emprender el camino al pequeño y pintoresco arenal.

La decisión de cerrar la tomó el Ayuntamiento de Llanes después de que el gobierno regional optara por declarar el estado de alarma naranja en la comarca. "Nos dijeron que uno de los puntos calientes era Gulpiyuri. Es verdad que hay un problema allí", reconocen fuentes municipales.

El problema es la masificación del arenal y que el acceso no se hace de manera controlada. "Nadie usa el parking de pago que hay entre la playa de San Antolín y Gulpiyuri", explican en el Ayuntamiento.

Estas mismas fuentes se confiesan desbordadas por la situación tras el anuncio del ejecutivo regional. "No nos quedaba otra opción, entendemos que es lo que hubo que hacer".

En la práctica, las medidas se han traducido en un riesgo notable para la circulación. Un carril en el que los vehículos deberían estar alcanzando los 120 kilómetros por hora. Basta como prueba una fotografía, en la que se aprecia casi una decena de vehículos aparcados en el lugar.

La dificultad para gestionar el riesgo que supone esta playa en momentos de pandemia es evidente. Según han confirmado las fuentes municipales citadas, la idea es comenzar a trabajar en soluciones definitivas para la playa en cuanto se supere este verano". Se espera que baje la afluencia la próxima semana, ya septiembre.