Las calles se van llenando poco a poco de paseantes, los restaurantes de comensales y los hoteles atienden a un buen número de clientes deseosos de reservar en la zona oriental de Asturias, uno de los “puntos calientes” del turismo regional con emblemas como Covadonga y Los Lagos, Cabrales, Parres o las playas de los concejos costeros, de Ribadesella a Ribadedeva. Tras un verano de “restallu” el año pasado, los negocios hosteleros y hoteleros confían en repetir buenos números esta temporada, sin olvidar eso sí que se trata también de una carrera de fondo post pandemia, con objetivos más allá de salvar los meses más turísticos del año.

Bañistas en la playa de Ribadesella, ayer por la mañana. | M. Villoria

Lo explica José Alberto Concha, presidente de la Junta local de Otea Llanes, quien pone el foco en “la calidad más que en la ocupación”, porque “queda mucho trabajo por hacer”, señala. Para el representante de la patronal de la hostelería, lo que ahora misma se torna en objetivo fundamental es “conseguir que los clientes se sientan a gusto, que quieran regresar siempre a nuestros concejos, y que se conviertan en visitantes fieles con ganas de repetir experiencia cada año”.

De esa necesidad de fidelizar surge “una gran responsabilidad entre todos los que conformamos el sector”, recalca Concha, quien señala que “hay movimiento, sobre todo en julio y agosto, se nota más animación”, si bien “no me gusta hablar de ocupación porque tenemos que ir un paso más allá”, matiza. Un salto al escenario después del covid que aspira a estabilizar y no tanto a recuperar de manera puntual.

Para José Alberto Concha, “no podemos pensar en trabajar para salvar el sector sólo con un par de meses, tenemos que fijarnos otros horizontes para desestacionalizar, que la gente venga todo el año convencida de que esta oferta es de mucha calidad, que fidelice y haga que nuestros visitantes quieran regresar año tras año”.

De momento los profesionales del sector son conscientes de que “dependemos mucho del turismo nacional porque los viajes de larga distancia y los destinos exóticos aún tardarán en despegar, en vista de la situación sanitaria”. Y para jugar de la baza de lo más cercano es necesario apostar por “estar a la altura”, especialmente en la seguridad.

“Estamos muy preocupados por los contagios, es una situación en la que no se puede bajar la guardia”, señala el representante de la patronal, consciente de que un incremento de los contagios en las zonas turísticas no supone el mejor impulso para el despegue de los negocios. Por ello, reclama que “se multe y se sancione a quien incumpla las normas, porque no nos puede afectar a todos”.

Para los meses más inmediatos hay “buenas perspectivas”, pero “tenemos que aprovechar nuestra posición privilegiada, como destino cercano, paraíso natural y destino seguro para convertirlo todo en palanca de desarrollo, no sólo para julio y agosto sino para un escenario de recuperación más a largo plazo que colabore también con la revitalización de los pueblos que están desapareciendo”, concluye Concha.

Entre tanto, y en el corto plazo, los alojamientos rurales del concejo de Ribadesella calculan para este presente mes de julio una ocupación de entre el 85 y el 90 por ciento. Eso sí, reconocen que el empujón de reservas que suele recibirse durante los fines de semana, con reservas de última hora, no se está dando este mes por la climatología de las últimas semanas. “El buen tiempo hace que las reservas crezcan”, comenta Sabino Martínez, presidente de la Asociación de Turismo Rural de Ribadesella (ARITUR), y por lo tanto, los cielos nublados y las lluvias de las últimas semanas no han ayudado a que el turista de última hora se decida por reservar.

Los profesionales de los alojamientos aprecian en los últimos días más presencia de turismo en Ribadesella que el año pasado, lo que sumado a que muchas de las reservas de las semanas fuertes del verano ya se hicieron con bastante antelación, en la estela de la fidelización de cliente. “Este año se reservó antes. Muchas reservas para julio y agosto se hicieron entre mediados de mayo y y mediados de junio”, asevera Martínez. En el mes de agosto, por el momento, también sigue habiendo disponibilidad, sobre todo a partir de la tercera semana y a la espera de la evolución de las reservas de los próximos días.

Por su parte la Asociación de Empresarios de los Picos de Europa (INCATUR), mantiene que las sensaciones entre los socios de la entidad de cara a estos dos meses fuertes del verano “son buenas”, pero estiman que no se espera el “aluvión” de turismo que anuncian algunos. En su caso prefieren ser prudentes y no aventurarse a dar datos sobre las previsiones que manejan, aunque sí reconocen que la perspectiva es “buena, a medida que van avanzando los días” , explica Olaya Nevares, Vicepresidenta de INCATUR y presidenta de OTEA en Cangas de Onís. Buenos augurios para que todo salga según lo previsto.