“No a confinar la playa de Cuevas del Mar entre eucaliptos”. Es el grito de guerra de varias asociaciones y vecinos del concejo de Llanes contra la plantación de 18,86 hectáreas con esa especie alóctona. Algunos ya han presentado alegaciones; otros han anunciado que lo harán en los próximos días. Al contrario que estos, la empresa promotora del proyecto ha presentado un estudio preliminar de impacto ambiental (EPIA) que concluye que la plantación no conllevará ningún impacto crítico o severo. Y que al ser “bajas las alteraciones” y “corregibles en su totalidad”, el proyecto debe recibir la consideración de “compatible” con el medio natural. Añade que la plantación de más de 20.000 eucaliptos incidirá “positivamente en la población, al generar actividad económica”. El miércoles se celebrará en la localidad de Nueva un conceyu público para debatir este controvertido proyecto.

Lejos de ello, vecinos y asociaciones se oponen tanto al proyecto como al EPIA. La mayoría de las alegaciones coinciden en que la plantación contraviene varias normativas autonómicas y municipales, como el Plan Territorial Especial de Ordenación del Litoral de Asturias (POLA), el Plan Territorial Especial de Suelo no Urbanizable de Costas (PESC) o la ordenanza relativa a suelos de uso agrícola ganadero de la costa, al afectar a un paisaje protegido de costa y a terrenos incluidos en la Red Natura 2000. El área afectada es además una Zona de Especial Protección (ZEC).

Alertan del “alto impacto” y los “graves efectos” que provocaría la plantación, incluido el incremento del riesgo de incendios. La Asociación de Vecinos “Llames de Pría” alega también contra el EPIA. Subraya que las 67 fincas afectadas se encuentran en suelo no urbanizable de costas de protección agraria; 16 de ellas en terreno de servidumbre de protección; y 4 de estas últimas, además, invaden la servidumbre de tránsito. El EPIA no incluye referencia alguna a las afecciones en el río Ereba y su estuario. Tampoco sobre el suelo, los nutrientes del terreno, el aire, los bosques autóctonos existentes en la zona y la hidrología local. Son “graves carencias”, denuncia el colectivo, que observa impactos críticos en muchos de esos apartados. La conclusión de los vecinos y las asociaciones que alegan contra el proyecto es el EPIA debe ser rechazado por la autoridad ambiental y el proyecto desechado. Podemos Llanes, por su lado, considera la actuación “un disparate” que destruirá el medio ambiente del entorno de Cuevas del Mar. La formación morada cree que el proyecto no generará empleo ni asentará población, pero sí perjudicará al turismo y “dañará irreversiblemente el paisaje”.