Luz verde a la demolición de los edificios en ruinas de la marisma de Ribadesella: "Dañan la imagen del paisaje"

La restauración de los terrenos que ocuparon en su día las instalaciones de Central Lechera costará 593.000 euros y se ejecutará en seis meses

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Los terrenos que ocuparon en su día las instalaciones de Central Lechera en la marisma de Ribadesella, actualmente abandonados, serán restaurados y los edificios demolidos. El Estado ha dado "luz verde" al proyecto de restauración de espacios en la marisma del río Sella, tras su publicación, ayer, en el "Boletín Oficial del Estado" (BOE). La actuación será licitada en 593.191,73 euros y se prevé un plazo de ejecución de seis meses. Será una "limpieza paisajística del entorno", según se detalla en el proyecto.

Las obras afectarán a una superficie de 8.643 metros cuadrados, incluida toda ella dentro del dominio público marítimo-terrestre y de la Red Natura 2000, concretamente en de Zona de Espacial Conservación (LIC Y ZEPA) Ría de Ribadesella-Ría de Tinamayor. No obstante, no se verá afectado a ningún hábitat o especie protegida, según se recoge en el proyecto.

"Esta actuación no causará impactos ambientales destacables, ni daño alguno al medio ambiente, y su ejecución supondrá un beneficio ambiental, ya que se trata precisamente de restaurar una zona degradada en el entorno de la ría de Ribadesella" y "en las inmediaciones de la cueva de Tito Bustillo", recoge el documento.

Tejados con amianto

Actualmente, existen en esos terrenos de la obra varias chabolas y naves abandonadas, que "dañan la imagen del paisaje" y que se deberán demoler. Algunas de estas naves, tal y como resalta el texto, tienen tejados de uralita, con amianto, los cuales se deberán retirar cumpliendo con todas las medidas y procedimientos de seguridad contemplados para estos casos. También existe una serie de pavimentos de hormigón exteriores que se deberán demoler, así como cantidades importantes de residuos sin clasificar extendidos por todos los terrenos, que se deberán retirar.

El proyecto señala que una vez retirados todos los escombros y residuos procedentes de la demolición de las edificaciones previamente existentes, se procederá a la formación de praderas y caminos en los terrenos. Para ello, se hará un aporte externo de 1.200 metros cúbicos de tierra vegetal, a los que se aplicará una hidrosiembra para el crecimiento de la nueva flora. Además, se plantarán árboles y arbustos de especies autóctonas.

Con el fin de fomentar el uso recreativo de la zona, se aportarán también 1.316 metros cuadrados de pavimento terrizo para crear una senda peatonal. Además, se instalará mobiliario básico de madera –bancos, mesas y papeleras–, además de otros equipamientos recreativos "compatibles con la naturaleza de las marismas, que permita un mayor disfrute de los terrenos por parte de toda la población". Se aprovecharán asimismo las obras para reparar los mojones deslindadores, así como la colocación de nueve nuevos hitos de hormigón en los lugares donde no existen. El documento incluye también medidas correctoras medioambientales.

Riesgo ambiental

El ámbito de actuación del proyecto se ajusta a los terrenos que habían sido objeto de la concesión de ocupación de terrenos de dominio público marítimo terrestre, otorgada por el Gobierno central el 21 de noviembre de 2002, para legalización de instalaciones lácteas.

El mayor problema que ha hallado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico es que parte de los terrenos y ocupaciones afectados por la concesión se corresponden con fincas que cuentan con inscripción registral. Así que no ha sido posible extender el ámbito del proyecto a la totalidad de los terrenos ubicados en el dominio público marítimo terrestre en esa zona de Ribadesella.

"No obstante, la facilitad con la que pueden ser asumidas eventuales tareas de levantamiento de las ocupaciones, en caso de ser necesario; en conjunción con la magnitud de las instalaciones que se pretenden demoler en el presente proyecto, el riesgo ambiental que suponen las mismas –por ejemplo por la presencia de fibrocementos– y el riesgo para la seguridad de las personas presentes en el entorno, aconsejan la continuación de la tramitación del presente proyecto", recoge el documento.