Estos son los cofrades de honor de un evento único en Asturias: "Esta representación es especial"

Homenaje a tres pilares fundamentales del espectacular Vía Crucis de Infiesto

Por la izquierda, Víctor Ramón Rodríguez, Rosario Pérez Mauricio y José Manuel Cantora

Por la izquierda, Víctor Ramón Rodríguez, Rosario Pérez Mauricio y José Manuel Cantora / J. Quince

J. Quince

Los días de Jueves Santo y Viernes Santo, los vecinos del concejo de Piloña viven una de sus fechas más importantes. La Semana Santa en la capital piloñesa atrae a cientos de personas desde hace una década con motivo de la celebración de un evento único en la comarca: El Vía Crucis viviente de Infiesto.

La fiesta, que cumple diez años, va camino de la Declaración de Interés Turístico Regional, un reconocimiento que aquellos que participan en la organización, gestión y escenificación de esta representación de los últimos días de la vida de Jesucristo, aspiran con orgullo e ilusión. Es el caso de Charo, Viti y Cantora. Estos tres vecinos de Infiesto llevan formando parte de esta iniciativa desde el principio, únicamente faltando a dos citas en las que no se llevó a cabo debido a la pandemia del Covid 19. Como pilares importantes del vía crucis han sido nombrados este año Cofrades de Honor.

La primera de ellos es Rosario Pérez Mauricio, canguesa de nacimiento y piloñesa de adopción. Lleva afincada en el concejo desde hace tantos años y dice estar tan encantada que "ahora ya no son capaces de echarme" ,cuenta. Estar jubilada, señala, le permite tener tiempo libre de sobra, pero no le quita las ganas de tener responsabilidades. De hecho, Charo es una figura fundamental del Vía Crucis viviente de Infiesto, ya que, como directora, es quien "parte el bacalao" y su talante organizativo se nota: "Yo dirijo y hago los guiones. Aunque nunca leí los evangelios para hacerlos, me lo tomo muy en serio", explica.

Vía crucis de Infiesto.

Vía crucis de Infiesto. / LNE

Y es que el evento significa mucho para los piloñeses, de nacimiento o adopción, una tradición que implica mucho trabajo, pero que trae consigo muchas alegrías: "Es muy importante para Piloña y atrae a mucha gente, y eso era los que queríamos. El sacrificio que hacemos es por el pueblo", apunta Charo.

El Vía Crucis mueve aproximadamente a 200 figurantes, pero siempre cuenta con mucha más gente detrás, que colabora desinteresadamente: "Lo bueno es que participa todo el concejo, vecinos de distintos pueblos que nos apoyan, nos ayudan y trabajan en distintos frentes como los decorados o los trajes, que se van perfeccionando cada año", añade.

Una de esas personas es José Manuel Cantora, carpintero de profesión aunque ya jubilado. Su labor es manual, cuidando cada detalle, y calificado por sus compañeros como "un auténtico manitas": "Yo soy el que hace los trabajos de infraestructuras. Sillas, mesas, los escenarios... Son muchos años de oficio y mi implicación es total con este evento", dice. Y es que, si algo le gusta a Cantora, es colaborar, ya que está metido en casi todas las asociaciones del concejo. Eso sí, lo suyo es echar una mano en la sombra, pues por su carácter modesto, no le gusta sentirse protagonista.

Además de la carpintería, este vecino piloñés interpreta también el papel de Santiago el mayor durante la Última Cena, y un abogado en el Juicio del Sanedrín. El trabajo es duro, pero merece la pena: "Llevamos mes y pico ensayando, pero disfruto con todas las escenas. Para mí la Última Cena es especial porque la iglesia siempre acaba abarrotada", señala.

Cantora, igual que el resto de veteranos del evento, considera fundamental la participación de los jóvenes del concejo para continuar a largo plazo con esta fiesta que es ya un emblema de Piloña: "Hay mucha gente joven que participa, pero hace falta que empiecen a trabajar también en la gestión y organización".

Vía crucis de Infiesto.

Vía crucis de Infiesto. / A. Fernández

El tercero de los Cofrades de Honor, pero no el menos importante, es Víctor Ramón Rodríguez, quien se encarga de la parte económica del Vía Crucis, el bien llamado "tesorero" del evento. Recaudar dinero y llevar las cuentas no es tarea fácil, y es que aproximadamente invierten cada año al rededor de 8.000 euros. Fuera de eso, también pone voz a uno de los personajes más conocidos y determinantes en la historia de Cristo, Judas Iscariote. "Llevo haciendo ese papel desde el primer año, pero a ver si me quitan ya porque Judas en la Última Cena, cena un poco y luego le echan de la escena", dice entre risas, con ese sentido del humor que le caracteriza.

Viti cuenta que en 2014 empezaron como un pequeño grupo de vecinos representando únicamente el vía crucis viviente por la calle pensando que no tendría mucho éxito, pero se equivocaban: "Intentamos hacerlo lo más respetuoso posible a pesar de que hubo gente al principio que pensaba que era un carnaval. Luego vimos que tenía tirón y decidimos hacerlo todos los años, añadiendo cada vez más actos", explica. Diez años después, está convencido de que podrán obtener la Declaración de Interés Turístico Regional, ya que se trata de una fiesta única: "Nos sigue mucha gente de todas partes, incluso en México. Es cierto que hay más representaciones en otros sitios, pero este es especial", concluye.

El Vía Crucis viviente se desarrollará en dos días. El Jueves Santo con la representación de la Última Cena, el Huerto de los Olivos y el Sanedrín, tres escenas que se llevarán a cabo por primera vez de manera continua, antes de la procesión del Cristo de la Misericordia. Finalmente, el Viernes Santo tendrá lugar la escenificación de la muerte de Cristo.