El terrible precedente de la tragedia pirotécnica de Cangas del Narcea: cinco muertos en Colunga

La fábrica de la familia Devita saltó por los aires el 4 de mayo de 1998: "Fue como un terremoto o una bomba atómica"

La entrada a la pirotecnia de los Devita el día del accidente.

La entrada a la pirotecnia de los Devita el día del accidente. / LNE

Ramón Díaz

Ramón Díaz

El accidente registrado este martes en una empresa pirotécnica de Cangas del Narcea ha traído a la memoria de muchos asturianos la ocurrida a las cuatro menos diez de la tarde del 4 de mayo de 1998 en la localidad de Huerres, a dos kilómetros de Colunga, cuando otra fábrica de pirotecnia saltó por los aires, ocasionando cinco muertos, cuatro de una misma familia.

Murieron aquel trágico día cuatro miembros de la familia Devita: el patriarca, José Luis Devita Alonso, de 65 años; sus hijos José Miguel y Jorge Devita Azcano, de 42 y 21 años, y su yerno, José Alberto Pidal Cuesta, de 31, casado con Mari Ángeles Devita. También falleció una quinta persona, la empleada Alexia Toyos Bada, de 23 años, que estaba a punto de casarse.

Las explosiones –fueron tres– registradas en la pirotecnia Devita en Colunga fueron tan brutales que las casas de la localidad temblaron, algunas se agrietaron y sus cristales se hicieron añicos. El estruendo se oyó en los concejos vecinos, Ribadesella y Caravia, a más de 10 kilómetros, y algunos escombros cayeron hasta a cinco kilómetros.

Las cinco naves y el resto de las pequeñas edificaciones que formaban parte del complejo pirotécnico quedaron completamente destruidas, saltaron literalmente por los aires, sus tejados reventaron y se elevaron varios metros en el aire. 

Solo sobrevivió otro de los hijos del dueño de la pirotecnia, Alfonso Devita Azcano, entonces de 29 años, pero perdió la movilidad de las piernas. Un hermano de este, Juan Carlos Devita, se libró del accidente porque salió de la fábrica solo dos minutos antes de la explosión. Oyó las explosiones cuando iba en coche por las inmediaciones de la localidad de La Isla, a más de 5 kilómetros de distancia.

La investigación posterior determinó que la explosión inicial ocurrió en la nave en la que trabajaba el patriarca de los Devita, y que, tras ese primer estallido, se produjo una reacción en cadena que desencadenó la destrucción de todo el complejo.

La conmoción fue total en Asturias. "Fue como un terremoto o una bomba atómica", relataban los vecinos. Unos de ellos, que por casualidad estaba mirando en ese momento hacia la fábrica comentaba: "Primero se vio un gran chispazo y unos ruidos como de voladores; después se escuchó una gran explosión y vi el techo de una de las naves de la fábrica salir volando varios metros por los aires. Fue impresionante".

Estado en el que quedó la pirotecnia Devita.

Estado en el que quedó la pirotecnia Devita. / LNE

Las crónicas de LA NUEVA ESPAÑA de aquellos días recogen la desesperación de Valentín y Juan Carlos Devita, y del cuñado del patriarca, Laureano Rodrigo, tratando de llegar a la fábrica destruida para ver a sus familiares, mientras se escuchaban los gritos de la viuda de José Luis Devita, María Dolores Azcano. "Fue terrible, terrible", rememoraba este miércoles una vecina de Colunga.

¿Qué fue de los Devita? La familia se disgregó, y aunque dos de los hermanos supervivientes de aquella tragedia volvieron a dedicarse durante un tiempo a la pirotecnia –uno de ellos, Abel Devita, se llevó el negocio a Palencia durante un tiempo–, acabaron dejándolo.

La finca en la que se ubicaba la fábrica sigue en manos de los Devita, pero ahora es suelo agrícola. Su intento de levantar de nuevo una fábrica de pirotecnia fue frenado en seco por las autoridades, que previamente les habían prometido que permitirían su reconstrucción. "No nos dejan hacer nada", clamaba uno de los hermanos hace un año en el 25.º aniversario de aquella tragedia.

Estado en el que quedó la fábrica de los Devita.

Estado en el que quedó la fábrica de los Devita. / LNE