Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que en Llanes se alcance un acuerdo urbanístico entre todas las partes implicadas en un conflicto, que diría un moderno evangelista. El último debate (de momento) gira en torno al futuro de la finca y el palacio de Partarríu. Como ya han hablado los servicios técnicos municipales (a los que fascina el merequetengue), los servicios jurídicos (que han recuperado la voz tras dos decenios), la propiedad (que defiende sus intereses), el equipo de gobierno (que prometió defender los generales) y Patrimonio (que arrima el ascua a su sardina) cualquiera que se haya informado bien puede tener ya clara su postura. ¿Deben permitirse edificaciones en la finca Partarríu a cambio de rehabilitar el palacio? ¿Y un centro comercial? ¿Y si otro particular no puede mantener su vivienda en condiciones por falta de dinero, podrá también pedir al Ayuntamiento que le recalifique algo? Y tantas otras preguntas...
