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«Oviedo es la capital europea del protocolo e iría más lejos: es la capital mundial»

«Quisiera establecer la Academia Internacional de Protocolo en el Principado, con ayuda institucional»

Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Pocas personas sabrán más que él de buenas maneras y organización de eventos. Carlos Fuente, director de la Escuela Internacional de Protocolo desde su apertura, hace quince años, es también el responsable de planificar la ceremonia de entrega de los premios «Príncipe de Asturias», conoce todos los entresijos de ese trabajo y las dificultades que hay que salvar para hacer que un acto sea un éxito. De la evolución del protocolo y de su adaptación a los usos contemporáneos se tratará en las jornadas que los días 9 y 10 de mayo dirigirá en Oviedo, en el auditorio Príncipe Felipe, y que, muy expresivamente, se titulan «La nueva forma de organizar eventos. La transformación del protocolo».

-¿Su definición de protocolo?

-El protocolo es un conjunto de normas, reglas, técnicas, costumbres y tradiciones que aplicamos a la organización de actos. Gracias a él establecemos procedimiento y ordenaciones que hacen posibles dichos eventos y los resultados que desean sus promotores sin menoscabar el correcto tratamiento a todas las personas e instituciones que participen en él. En su acepción más social, es el conjunto de reglas heredado de nuestros antepasados para comportarnos adecuadamente en público y respetar a los demás.

-¿Han cambiado las normas de protocolo en los últimos quince años?

-El protocolo está en permanente evolución y desarrollo. Evoluciona constantemente al ritmo que imponen los tiempos. En protocolo no existe el dos por dos son cuatro, cada acto exige soluciones diferentes. La presencia de mayores y mejores tecnologías, la importancia de la comunicación, la sofisticación de toda la producción que se mueve alrededor de un evento, la influencia del marketing y la necesidad de instituciones y empresas de proyectar más directa y adecuadamente su imagen y sus mensajes exigen que el protocolo sea muy vanguardista. El protocolo tradicional siempre estará ahí, pero cada vez más irá notando la necesidad de incorporar nuevos conceptos, nuevos materiales, nuevos escenarios. La alfombra y los tapices han pasado de moda. Políticos y empresarios necesitan un protocolo con más sentimiento y precisión. El protocolo, por ejemplo, no está para poner a cada uno en su sitio, sino para encontrar el sitio más indicado para cada uno.

-¿Cómo compatibilizar el protocolo en un acto con el trabajo de los medios de comunicación?

-Hasta hace algunos años, técnicos de protocolo y periodistas parecían enemigos. Mi experiencia como periodista de calle y ahora como jefe de protocolo me demuestra que son dos sectores condenados a entenderse. Los medios deberían exigir a sus redactores conocimientos de protocolo, porque con ellos entenderían muchas claves que facilitarían la información. Los responsables de protocolo deberían conocer las técnicas periodísticas, primero, para facilitar la difusión y, en segundo, porque los actos deben tener en cuenta los principios de comunicación, ya que la mayoría se organiza para que tengan trascendencia.

-¿Hay normas de protocolo específicas para los eventos que se escenifican en internet?

-Para todo en la vida existe un protocolo, entendido como el procedimiento lógico a seguir. No hay normas específicas al respecto, pero es cierto que todos debemos pensar que el buen gusto, el buen tono, la afabilidad, la cercanía ayudan a hacer de la red algo más humano. Son cada vez más los eventos que hay en internet y obviamente para estos casos se aplican en un porcentaje muy alto las mismas normas o técnicas que en los actos reales. La creatividad y la correcta ejecución son ya las nuevas claves en protocolo, tanto en el real como el virtual.

-¿Oviedo puede convertirse en la capital europea del protocolo?

-Oviedo ya es la capital europea del protocolo. Pero iría más lejos, es la capital mundial. Eso se lo debemos a muchas instituciones asturianas que han sido las primeras en confiar en la necesidad de hacer bien las cosas. La Fundación Príncipe de Asturias es un gran referente para muchísimas cosas y entre ellas para el protocolo. Por eso si Asturias le debe mucho a Graciano García, el protocolo más. Pero hay que reconocer que en ello han influido, además, la propia Universidad de Oviedo, el Principado de Asturias, la Junta General, los principales ayuntamientos, la FADE, la Cámara de Comercio y la Escuela Internacional de Protocolo. Y además Oviedo conserva su esencia de capital mundial del protocolo porque desde esta ciudad se edita la revista más importante que hay en el mundo en este sector, la «Revista Internacional de Protocolo», y alberga la única editorial especializada en protocolo. Ahora se añaden las I Jornadas de protocolo del Principado de Asturias, que por su temática se ha convertido en el encuentro más vanguardista de protocolo en todo el mundo, y de eso le puedo dar buena fe, pues he asistido a más de trescientos encuentros en todo el mundo en los últimos quince años.

-El 22 de mayo recibirá el premio internacional de protocolo a la mejor trayectoria profesional. ¿Qué significado tiene para usted?

-Haber sido reconocido con esa distinción para mí es como un Nobel. Es el mayor galardón que hoy se concede en el mundo y que ha sido fallado por un jurado de profesionales, a quienes se les supone que de esto entienden. Por lo tanto, me llena de orgullo y satisfacción. Sé que a él nunca hubiera llegado de no haber aprendido el ejercicio de esta profesión en Asturias y en Oviedo, sin las buenas enseñanzas de muchas personas y sin el espíritu de que cada día hay que seguir superándose. Todo ello con humildad, sencillez y trabajo. Es un aliciente para seguir creciendo y luchando por una profesión con prestigio que si cuenta con buenos profesionales puede ayudar a un mundo con mejor convivencia. Cuando el próximo día 22, en la Real Casa de Correos de la Comunidad de Madrid, me entreguen la escultura de mi buen amigo Manuel Linares supongo que Oviedo y Asturias estarán entre mis primeros recuerdos. También me gustaría que este premio me motive más para conseguir que la Real Academia Española modifique la actual definición de «protocolo», que es absolutamente trasnochada. Si tienen tiempo, léanla y ya me contarán.

-¿Qué le gustaría que Asturias y Oviedo hicieran por el protocolo?

-Me gustaría que una institución asturiana u ovetense nos ayudara a que en el Principado se ubique de forma permanente la sede de la Academia Internacional de Protocolo, para la que en la última asamblea de Roma me eligieron presidente. Se trata de una institución de la Organización Internacional de Ceremonial y Protocolo que trata de unificar a nivel mundial las normas y técnicas de protocolo y que busca su actualización permanente. Entonces sí que podremos hablar con más fuerza de la capitalidad mundial en este sector. Espero que cuando presente el proyecto a estas instituciones encontraré el apoyo para una iniciativa que abrirá más a Asturias al exterior. Los profesionales de protocolo son muy influyentes, mueven actos y Oviedo siempre es una buena opción.

-En términos económicos, ¿cuál es el coste del protocolo?

-Cada uno podrá echar sus cuentas, pero un buen protocolo, basado en la sobriedad, el acierto y la proyección siempre es rentable. ¿Es cara una campaña de El Corte Inglés? Todo depende de los resultados. De cualquier forma, en protocolo las inversiones hay que valorarlas a medio y largo plazo.

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