Stacey Kent reina en Bueño

Javier BLANCO

Stacey Kent salió a escena con un gran ambiente -la plaza literalmente a reventar- para inaugurar ayer el XIII Festival de jazz de Bueño. Y lo hizo ante un público que disfrutó con su buen gusto musical y vocal y también con el repaso que hizo a un repertorio en el que abundaron todo tipo de músicas entre clásicos y registros brasileños, entre otros. Así que por ahí se ganó a la afición, con sus melodías bien retocadas, su visión sonora y su amplitud para descifrar y combinar diversas culturas musicales.

Por algo Stacey Kent ya prepara un disco con el brasileño Marcos Valle, y quizá por eso adelantó en pleno ensayo que estaba atravesando «un gran momento» en su carrera. Y, a propósito de sus recorridos musicales, en la prueba de sonido que realizó antes de la sesión ya gritó divertida: «¡Jobim!», evocando quizá «Les eaux de mars», pieza del brasileño que aparece en su álbum «Raconte-moi».

Stacey Kent llegó a Bueño con su grupo a media tarde, y con su pulcro estilo se puso manos a la obra a probar entre los hórreos, donde ya se acumulan muchas estrellas del género jazzístico de todo tipo. Haciendo un ejercicio de memoria urgente, por el escenario de Bueño ya han pasado celebridades del calibre de Pe Wee Ellis, Blanchard o Georgie Fame, por citar algunos de los que han protagonizado el cartel en estos últimos lustros.

Stacey Kent (voz y guitarra) dejó constancia ayer en su recital de algunas de las teorías que de ella circulan por la escena musical, como que es una referencia muy interesante del jazz moderno, con su estilo cultivado e impulsado desde su encuentro con Jim Tomlinson, saxofonista de referencia y definitivo en la obra de Stacey Kent. Junto a él, en el escenario de Bueño estaban Graham Harvey (piano), Jeremy Brown (contrabajo) y Josh Morrison (batería y percusión). Tal como se vio en los ensayos, Kent iluminó con su delicadeza y elegancia la noche de Bueño. Y es que la cantante y su banda en seguida conectaron con un público que, por otra parte, es muy fiel a este certamen que nació para llenar un hueco en los festejos populares asturianos y que, con el tiempo, se ha ido consolidando con un cartel que ha sabido repartir el ámbito regional y nacional con figuras internacionales.

Stacey dejó su sello, abrió la sesión y rápido tenía que recoger los bártulos porque, como ella contó antes de comenzar, se iba de viaje, probablemente a Alemania, a grabar una nueva obra en compañía de una orquesta. Tras la despedida de Kent el programa se completaba (al cierre de esta edición no había comenzado) con el grupo «Maldataskull» formado por Dario Guilbert (contrabajo), Jorge Castañeda (piano) y César Frías (batería).