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Sagrario Suárez Fernández

"Mi hermano y yo llegamos a cocinar una vez para 43 personas en Yernes"

"El mercado del domingo da vida a Grado, pero siguen faltándonos actividades de ocio; no tenemos teatro, ni bailes ni tampoco cine"

"Mi hermano y yo llegamos a cocinar una vez para 43 personas en Yernes"

Sagrario Suárez Fernández tiene sobrada fama de buena cocinera. Tanto entre su familia, como entre sus amigos y vecinos de Yernes, localidad en la que nació y a la que vuelve siempre que puede desde Grado, a donde se trasladó tras casarse cuando tenía 19 años, como ella misma recuerda. "Me casé muy joven y vinimos a vivir a La Mata, en el barrio de 'Entre los ríos', en la villa de Grado. Estuve casada 37 años y enviudé hace ocho. Soy madre de tres hijos y tengo seis nietos", relata con orgullo mientras comienza a preparar el plato de hoy para LA NUEVA ESPAÑA, una elaboración que califica de "sencilla y que gusta a todo el mundo, a grandes y a pequeños".

Aunque vive habitualmente en Grado, siempre que puede regresa a su casa natal, en Yernes, sobre todo cuando se celebran las fiestas del pueblo, que es cuando hace una de las cosas que más le gusta: cocinar. "En Yernes, el primero de mayo que se celebra la fiesta de la Santa Cruz, he llegado a cocinar junto con mi hermano hasta para 43 personas. Había de todo: ensaladilla, codillo, tortilla, cordero, en fin, para todos los gustos, inclusive hubo cinco tipos de tartas", rememora mientras empieza a rellenar los lenguados, rebozarlos en el pan rallado y huevo, y freírlos. "A mí siempre se me dio bien cocinar, pero lo que mejor me salen son los platos de cuchara; la fabada, el pote o un buen cocido".

Además de ocuparse de la casa y de los hijos, también ayudaba a su marido con la ganadería, pues en vida de éste tenían vacas y ovejas, animales que, al quedar viuda, terminaron vendiendo.

Sagrario es una de esas mujeres que siempre tiene que estar haciendo algo, una persona vital que de lo único que se arrepiente es no haber sacado el carné de conducir, "una de las pocas cosas que no tengo". "A día de hoy me arrepiento de no haberlo intentado, porque de haber tenido el carné habría trabajado mucho más", matiza esta mujer, que reclama, para el lugar donde vive, "más actividades de ocio: aquí no tenemos teatro, ni cine ni tampoco hay bailes". "Por semana está todo un poco muerto, si bien es verdad que el mercado de los domingos le da mucha vida. Yo voy siempre, aunque primero paro a desayunar en el Express o en el local de mi hijo, De Miguel, y luego a comprar al mercado".

Sagrario también cose. Aún recuerda el día que su padre le compró la máquina de coser. "La compró a letras de 300 pesetas al mes. Aprendí muy joven en Mieres. Estuve un tiempo haciendo arreglos para la tienda de Amor y Mercedes", señala. Otra de las cosas que más le gusta es pasear, sobre todo junto al río, "que está precioso", matiza al tiempo que coge entre sus brazos al más pequeño de sus nietos: Aimar. Y para que no haya celos, y con una sonrisa, recuerda también a los otros cinco: "Rubén de 23 años, Dani de 14, Giovanna y Lucas, de 12 y Estela de 11. A todos los quiero mucho".

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