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El Antiguo | San Lázaro

El consumo de drogas obliga a reforzar la vigilancia en el entorno de la casona de Regla

El edil de Seguridad Ciudadana ordena a la Policía Local patrullar por las noches junto al Postigo ante las quejas vecinales

El consumo de drogas y alcohol ha obligado a reforzar la vigilancia del entorno de la Casona de Regla, en pleno casco antiguo. El concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández, ha dado la orden de que la Policía Local patrulle con más frecuencia por la zona y en especial por las noches y los fines de semana. El Ayuntamiento ha recibido quejas vecinales sobre la presencia de personas drogodependientes que acuden al lugar a inyectarse y beber, y de grupos de jóvenes que organizan botellones. En concreto, el consumo de droga se produce en un patio de vecinos cercano a la casona de Regla y al que se accede desde la calle Postigo.

Una de las últimas intervenciones del área de Seguridad Ciudadana allí fue el 15 de octubre, cuando los bomberos del Servicio de Extinción de Incendios y salvamento (SEIS) apagaron el fuego de un colchón tirado en el suelo que había sido usado por personas sin techo. El incendio se saldó sin heridos ni daños en el mobiliario urbano, y sirvió para que los agentes detectaran que pernoctaban ciudadanos en pésimas condiciones de salubridad con la consiguiente intervención de los Servicios Sociales.

La calle de Regla y el Postigo forman parte de los emplazamientos que la Policía Local vigila de manera periódica como parte de un dispositivo antibotellón para controlar desde la compra y transporte de alcohol hasta su consumición en la calle.

La Ordenanza de Convivencia Ciudadana contempla en su artículo 16 la regulación del consumo de bebidas alcohólicas en la calle. Esta norma considera una falta leve con sanción de apercibimiento, la mera convocatoria, concentración o asistencia a los botellones. Además, en caso de persistencia o reincidencia, el ciudadano será sancionado con multas que van desde los 10 hasta los 300 euros. El reglamento establece que "estas mismas conductas tendrán la consideración de graves y serán sancionables con multa de 750 a 1.500 euros, cuando impliquen el hecho de consumir bebidas alcohólicas, el incumplimiento de las órdenes o requerimientos específicos formulados por las autoridades municipales o sus agentes, o constituyan conductas obstruccionistas a las tareas de control, investigación o sanción".

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