Alarma ante un posible incendio por la mala combustión de una caldera en Foncalada

La calle Foncalada sufrió ayer el segundo conato de incendio en menos de 24 horas. Esta vez fue la mala combustión de la caldera de un edificio, en el número 15, que provocó que saliera abundante humo blanco por la chimenea de la comunidad y que el cuarto de la instalación de la calefacción se volviera irrespirable. Ocurrió hacia las 13.15 horas y los Bomberos de Oviedo acudieron a los pocos minutos tras recibir varias llamadas de alerta. El día anterior habían intervenido en el número 10 de la misma calle por una colilla encendida en la papelera de una oficina, aunque hicieron "menos ruido" que ayer.

Los agentes del SEIS (Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento) fueron a Foncalada con dos camiones. Un bombero accedió al tejado montado en la escalera mecánica de uno de los vehículos, mientras otros entraron en el cuarto de calderas protegidos con mascarillas especiales. La Policía Local también acudió a la llamada, precintó el edificio y colaboró en la vigilancia.

También hubo quien necesitó asistencia. Un viandante que pasaba junto al supermercado ubicado en los bajos del edificio llamó a los bomberos ante el temor de haber respirado monóxido de carbono. Un agente le tomó la tensión en plena calle, sentado en una silla de plástico y comprobó que no se había intoxicado. También una mujer precisó ser acompañada por los bomberos para salir de la zona acordonada.

Finalmente, la intervención no fue más allá de la ventilación del cuarto de las calderas y la comprobación de la chimenea, y no provocó daños personales.

La calle Nueve de Mayo también fue escenario de un amplio despliegue de medios de seguridad el 22 de enero, cuando el incendio de una cocina en el quinto piso del número dos provocó la alarma entre los vecinos. Dos camiones de Bomberos de Oviedo, tres patrullas de la Policía Local y una uvi móvil acudieron al lugar del suceso, en el edificio del centro comercial Salesas y en pleno horario comercial. Los bomberos derribaron la puerta de la vivienda, apagaron el fuego y ventilaron la estancia.