La mano de los "quemacoches" vuelve a dejarse ver por La Corredoria, casi un año después, para alarma de los vecinos. La calle Anabel Santiago se convirtió durante la madrugada de ayer en un pequeño infierno, que recordó a otros dos sucesos similares ocurridos en la calle Tigre Juan del mismo barrio en marzo y octubre del año pasado. Un incendio iniciado en un aparcamiento de las inmediaciones del parque Juanín de Mieres dejó totalmente calcinados cinco coches y dañó parcialmente otro, causando la indignación de unos propietarios que dan por hecho que el fuego fue provocado, aunque la Policía Nacional señala que las investigaciones siguen abiertas y "no se descarta ninguna hipótesis".

"¡Corre, corre que se nos está quemando el coche!", fue la voz de alarma que recibió en torno a las tres de la mañana en su casa Ángel Cabal por parte de su familia. Al asomarse por la ventana vio cómo una columna de fuego quemaba su vehículo y otros que se encontraban a sus alrededores. "Todo apunta a que será un siniestro total", se lamentó el vecino, cuyo hijo mayor ayer no pudo ir al colegio por el nerviosismo que le causó el fuego, extinguido sobre las cuatro y cuarto de la mañana por los Bomberos, tras los esfuerzos iniciales de la policía por controlar el fugo con sus extintores.

Algo similar le ocurrió a otro vecino que el miércoles celebró haber encontrado aparcamiento justo debajo de su casa para estacionar la furgoneta que utiliza en las tareas diarias de su empresa de pintura . "Pensé que me había tocado la lotería porque suelo tener que aparcarla lejos", cuenta Javier Álvarez, al que un fuerte estruendo alertó de que su vehículo ardía. "La explosión de los neumáticos nos puso en guardia y enseguida vimos todas las llamaradas", señala el hombre, que hoy no pudo trabajar. "Fue un palo muy gordo", lamenta.

Aunque las primeras hipótesis apuntan a que el fuego pudo originarse en la furgoneta de Álvarez, no se descarta que fuese un fuego próximo el que diese pie al suceso y algunos vecinos dicen tener pruebas de que podría ser provocado. "Escuché cómo un chico de unos 20 años reprochaba a otro que lo había hecho -el fuego- demasiado cerca", indica un habitante de la misma calle que también sostiene que es habitual ver jóvenes merodeando por la zona de madrugada.

Los propios vecinos descartan que los sucesos estén relacionados con los ocurridos el año pasado en Tigre Juan, pues el autor fue detenido en enero y se trata de una zona bastante alejada, no obstante, reconocen su temor a que el incendio sea obra de un pirómano y que éste pueda seguir actuando en la zona.