"Sería el mayor orgullo poder decir que soy de Oviedo, ciudad cultural; hay talento para ello"

Rafael Tarsicio Fernández García-Barrero (Oviedo, 30 de diciembre de 1993) proviene, en sus palabras, de dos "largas dinastías de ovetenses". Los Fernández, que le han legado el amor por la música, y los García Barrero, que han hecho lo propio por el Real Oviedo. Más conocido como Rafa Tarsicio, es el cantante, letrista y líder de uno de los grupos de música más potentes del panorama local, "Tigra". El conjunto, que tiene un nuevo disco "en el horno", ya cuenta en su haber con una maqueta "Cuaderno de Bitácora" y dos álbumes de estudio, "La Cura" y "Caer de pie".

Vivir de la música. "Diría que es algo 'jodido' pero tampoco sería cierto. Aunque, a veces, el destino parezca tan difícil como lejano, el trayecto nunca ha dejado de ser bueno. Mientras que damos bolos y grabamos discos vamos conociendo a gente guay y, más que nada, lo pasamos bien. Es por eso por lo que estaría feo por mi parte quejarme. Aunque, para vivir bien de esto resulta ser una industria bastante 'ligera de cascos'. Y es que, en mi opinión, cuanto más se mete el comercio en el arte, peor. Y ahora quienes mandan en el mundo de la música son los empresarios y no los artistas. El músico, al final, ve un pequeño porcentaje del dinero que se mueve ahí, pero bueno, ahí vamos".

El nombre de "Tigra". "Es especialmente difícil ponerle el nombre a un grupo, sobre todo cuando es el tuyo. En principio, queríamos algo que no tuviese un sentido específico y, poco a poco, como decía 'Verde Cannaia' se fuese llenando de significado. Empezó como una broma, en plan, ¿por qué el femenino de tigre es tigresa, teniendo una palabra como 'tigra' tan a mano? Y nos encajaba en la idea que teníamos de una palabra 'magra', que sin un significado específico en castellano valiese tanto para los de aquí como para los de fuera. Posteriormente supimos que había una superheroína de Marvel, que además creo que fue votada como la más sexy dibujada. Una idea que tenía y me molaba era la de no hacer nunca referencia a los tigres, igual que los 'Arctic Monkeys' nunca sacan un mono. A todos les pareció una buena idea y dijeron que sí. Pero a la vista está que ni pincho ni corto y cada uno va por libre, porque, tanto los carteles, como el 'merchandising' y los conciertos, han acabado plagados de tigres y rayas".

San Mateo y el Oviedo Rock. "Hace dos años ganamos el Oviedo Rock, y fue un salto en nuestra carrera. Más que nada porque ganamos 'una pasta', lo que nos sirvió para sacar nuestro segundo disco -'Caer de pie'-, con el que sí que dimos un salto cualitativo, porque éramos mucho mejores que cuando sacamos 'La Cura'. Grabamos 'Caer de Pie' en los estudios OVNI, propiedad de Pablo Martínez del grupo 'Desakato', que es un fenómeno. La segunda parte del premio del Oviedo Rock fue tocar en San Mateo, jugar en casa en una plaza Feijoo a reventar, una delicia".

Oviedo y la "baja cultura". "En Oviedo, realmente, se están haciendo cosas. Y tenemos mucho que agradecerle a locales como La Salvaje o La Lata porque siempre están poniendo de su parte para traer a un 'pueblín' a grupos muy potentes, y aún así lo hacen sin dejar de cuidar a los de aquí. Creo que es arriesgado y valiente llevar a cabo un proyecto de este tipo, sobre todo en una ciudad que cada vez apuesta menos por la baja cultura. No obstante, obviamente, sigue siendo un circuito muy primitivo, no hay una liga federada que haga que Oviedo tenga una vida cultural propia. Al menos de baja cultura. Es cierto que, en lo que yo entiendo como alta, Oviedo es brutal. Tenemos un circuito de ópera que solo comparten otras cuatro ciudades en toda España, un Museo de Bellas Artes espectacular, un Conservatorio fantástico, los Premios Princesa de Asturias que son potentísimos... pero aunque considere que lo nuestro, el bolo en un bareto y el conciertín en la calle es baja cultura. No lo digo, para nada, como algo despectivo. Ambas son cultura, y, por tanto, igual de imprescindibles".

Directos y eventos en la calle. "Siempre pensé que Oviedo tiene materia prima de sobra para ser ciudad cultural. La cultura siempre resulta ser un síntoma de buena salud, sea de la ciudad o del país, donde hay una guerra o una hambruna no tienes conciertos en la calle. Es una pena, porque en Oviedo hay nivel, hay pintores, hay músicos, hay fotógrafos... y tenemos normativas absurdas, como la de prohibir los conciertos en directo , que si alguien denuncia se cancela, y, sin embargo, puedes poner un ordenador en su lugar y con eso no hay problema. Además, tenemos unas plazas preciosas donde se podrían montar conciertos acústicos, exposiciones o recitales de poesía. Eso significaría que la gente saldría a la calle, y consumiría en los garitos. Y me parece un sin sentido no hacerlo. Todos los viernes y sábados a las seis de la tarde, sin molestar a nadie, se podría montar algo en la plaza del Paraguas, algo en la de la Catedral... Y sería el mayor orgullo poder decirlo, soy de Oviedo, ciudad cultural. Creo que es una pena por eso, porque Oviedo no es, para nada, una ciudad gañana, si acaso peca de estirada, de antigua. Oviedo, con todas sus capacidades, en muchos aspectos, no ha dejado de ser la Vetusta de la Regenta".

Amigo del talento. "Si hay algo que hago especialmente bien es escoger a mis amigos, mis colegas son mis ídolos en muchísimos aspectos. En vez de músico quizás debería haber sido ojeador. Y de mi círculo de Oviedo este año la están pegando todos. Algo está pasando en Oviedo y parece que no se ve. Santi Alverú, nominado al Goya. Dani Sampedro -'Logan'- finalista de 'Supervivientes'. Mi primo Alberto con su grupo -Alberto & García-, que para mí es el mejor de España y un espejo en el que mirarme. Carlos Fernández -'Litos'- que está trabajando en Comedy Central. Pablo Díaz Fanjul con su grupo 'Gethere', y su padre con el libro y documental de '100 Días de Soledad'... Me ha tocado vivir muchas de esas cosas y muy de cerca. Son todos muy distintos y quizás lo único en lo que se parezcan es que todos son gente con talento y fuera de la norma".