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SAN MATEO | 2018

Las promesas del break dance

Los niños demuestran sus habilidades en baile urbano durante los talleres "Escuelina hip-hop" en la Corrada del Obispo

Las promesas del break danceIRMA COLLÍN

Los que piensen que el break dance es un movimiento artístico y cultural que se quedó anclado en los ochenta del siglo pasado están totalmente equivocados. El baile ha vuelto a resurgir con fuerza y ayer quedó patente en la Corrada del Obispo, donde las nuevas generaciones de " breakers" dejaron claro que hay mucho futuro. Los encargados de hacerlo fueron los participantes en una actividad bautizada como "La escuelina hip-hop", una serie de talleres en los que los niños pudieron demostrar sus habilidades con el baile, iniciarse en otras disciplinas como el graffiti rap y hacer de DJ para el público asistente.

Lucas Díaz, que tiene ocho años y lleva desde los tres bailando break dance, fue uno de los más activos durante la mañana de ayer. Al ritmo de la música, fue capaz de impresionar con pasos tan complicados como "el tornillo", que consiste en apoyar la cabeza en el suelo y girar durante un rato con las piernas hacia arriba y sin utilizar las manos. "Es una de las cosas que más me gusta hacer porque la gente se queda alucinada, pero hay muchos más pasos que molan", explica el pequeño. Su madre, Verónica Martínez, asegura que lo de su hijo por el baile es una auténtica pasión. "Al principio empezó a jugar al fútbol, pero al poco tiempo nos dijo que quería dejarlo y apuntarse a unas clases para aprender a bailar", dice la mujer.

Y es que, aunque sea un baile que nació en la calle, el break dance cada vez está más metido en las academias. "Ahora la gente tiene menos tiempo y menos posibilidades para reunirse en la calle a bailar, por eso no se ve mucho movimiento, pero cada vez hay más personas que practican esta disciplina en salas o en otros espacios", explica Iván Díaz el responsable del taller. "A mi la verdad es que me gusta la calle. Los sitios cómodos están muy bien, sobre todo con el mal tiempo que hace en Asturias, pero la esencia es la esencia. Además, si los niños están bailando en la calle no estarán haciendo cosas malas, eso está claro", añade.

Mikel Gómez, un langreano de Sama, fue otro de los niños que ayer se acercó hasta Oviedo para participar en el taller y disfrutar de las fiestas de San Mateo. Tiene once años y lleva siete bailando break dance. "Siempre me gustaron los movimientos. Cuando era muy pequeño ya miraba vídeos por internet y después me apunté a clases para poder hacerlo yo", afirma.

Para Izan Velat, de diez años, fue su puesta de largo. "Es la primera vez que bailo en la calle y la verdad es que me los estoy pasando muy bien. Practico solo en casa, pero está muy bien hacerlo delante de la gente", sostiene. Ayer contó con la ayuda de Abel García, que a pesar de tener sólo ocho años, está más curtido en el break. "La clave es hacer los movimientos limpios", asegura.

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