Un repaso a la actualidad, a la realidad social y al panorama literario nacional en apenas una hora con sus propias obras como puntos de apoyo. Así puede resumirse la intervención del escritor y articulista de LA NUEVA ESPAÑA Ricardo Menéndez Salmón durante la segunda jornada de las "Tertulias del Campoamor". El autor gijonés abordó temas tan variopintos como el miedo, la decadencia de occidente, la crisis de los grandes relatos o el comunismo, el capitalismo o los peligros de la tecnología ante un salón de té abarrotado de seguidores y amantes de las letras.

El sociólogo Carlos Gil fue el encargado de introducir con maestría los temas de debate en los que el protagonista de la jornada no rehuyó en ningún momento posicionarse. Gil llegó a pedir opinión al tertuliano respecto a la posibilidad de retirar la estatua de Woody Allen de la capital asturiana. El autor fue rotundo en sus teorías. "Lo que una persona haga en su vida privada no es argumento para no descubrir su obra", indicó, poniendo como ejemplo a Louis Ferdinand, el autor francés que le empujó a lanzarse a la literatura definitivamente cuando Salmón no había ni cumplido los veinte. "Y eso que fue uno de los mayores canallas de Europa", apostilló.

No fue tan tajante respecto al caso de la estatua del cineasta en concreto, pero sí lanzó un aviso a navegantes sobre la revisión de las decisiones del pasado. "Con la reescritura de la historia nos exponemos a tener que demoler todas las estatuas", señaló en relación a los agravios que algunas personas puedan encontrar en personajes como, "por ejemplo, Cristóbal Colón".

Gil preguntó al gijonés sobre la utilización de elementos como el miedo en su última novela "Homo Lubitz" y Salmón se soltó. "El miedo es contaminante. El miedo llama al miedo, es un gran cohesionador social utilizado y por eso el poder lleva usándolo desde hace mucho tiempo", explicó acerca de un factor que al igual que otros muchos dijo utilizar como elemento de reflejo de la sociedad.

Tampoco evitó entrar al trapo en relación a la incidencia de la tecnología en la sociedad actual, de la que destaca "la gran velocidad de los avances". Barrunta Salmón posibles cambios en la concepción humana con el avance de sectores como la robótica y entre los riesgos tecnológicos también reconoció razones para el optimismo. "La tecnología puede extinguirnos, pero está en nuestra mano evitarlo", declaró.

Respecto a su mundo, el de la literatura, llamó a analizar "con distancia" las malas estadísticas sobre la afición a la lectura de los españoles y lanzó su propia valoración. "El drama no es que se lea poco, sino que se leen pocos títulos", dijo tras recordar que, en contra de lo que se piensa, España es el segundo país del mundo con más publicaciones al año, sólo por detrás de Estados Unidos, pero son pocas obras las que se llevan el grueso de la audiencia.