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"Soy un privilegiado", dice un policía local infectado, ya de vuelta al trabajo en el Rubín

El agente Raúl González recibió el alta tras pasar quince días aislado sin ningún síntoma: "Lo peor es que posiblemente contagié a alguien sin saberlo"

Raúl González, ayer, trabajando en su oficina del Rubín. LNE

El cuartel del Rubín ya cuenta a pleno rendimiento con uno de los supervivientes del coronavirus. Raúl González volvió esta semana a su trabajo como responsable del departamento de sanciones de la Policía Local de Oviedo después de pasarse quince días encerrado en su habitación tras dar positivo en un control realizado el 26 de marzo a toda su unidad. A sus 54 años se considera "un privilegiado" por haber superado la enfermedad sin síntoma alguno, pero admite que "lo peor es que posiblemente contagié a alguien sin saber que lo tenía".

González fue el último de los cuatro agentes de la Policía Local ovetense en dar positivo y el primero en recibir el alta. A diferencia de otros compañeros que padecieron síntomas e incluso tuvieron que pasar por el hospital, su baja la pasó encerrado entre cuatro paredes. "A la hora de comer me picaban a la puerta y me dejaban la bandeja para que la recogiera", relata acerca de unas jornadas en las que su hora favorita eran las ocho de la tarde. "Al menos me acercaba a la ventana y me sumaba a los aplausos", explica.

Por suerte, nadie de su familia se vio afectado por el virus. "Al menos si lo han pasado han sido también asintomáticos como yo", indica el policía, que durante tanto tiempo libre decidió dedicar buena parte de sus jornadas a la lectura. "Poco más podía hacer que leer, la verdad", indica acerca de su confinamiento habitacional dentro de la cuarentena general de la familia. "Tan solo sale mi mujer a hacer la compra cada semana porque a diario ya dejamos de comprar el pan para reducir riesgos", comenta el agente municipal.

El encierro finalmente fue lo más corto posible. Raúl González realizó un nuevo análisis el Jueves Santo. A lo largo del día le comunicaron que había dado negativo y recibió el alta el lunes tras confirmarse que su casa estaba libre del virus. Desde el martes vuelve a estar al frente del departamento de sanciones con toda normalidad. "Lejos de tener miedo a ser contagiados, los compañeros me recibieron con bromas y buen humor", asegura el efectivo.

Desde ese día, Raúl González vuelve a estar en el escritorio de esas mismas oficinas que tuvieron que ser sometidas a una profunda desinfección. Tras detectarse su positivo, la empresa Lacera acometió una limpieza a fondo y su oficina, en concreto, permaneció cerrada hasta el pasado día 10, apenas cuatro días antes de que él volviera al trabajo.

Psicosis

Los cuatro positivos detectados en la Policía Local, sumados al positivo del bombero y piragüista Walter Bouzán generaron cierta psicosis en algunos de los compañeros. Desde el primer momento en el que se tuvo conocimiento de los positivos, el concejal de Seguridad Ciudadana, el popular José Ramón Pando, puso en marcha varias medidas, tanto para desinfectar las instalaciones como para detectar positivos y mejorar la protección de los agentes.

A pesar de las dificultades para hacer acopio de material de protección en los mercados y de las quejas de alguna organización sindical, desde la concejalía siempre defendieron disponer de suficientes reservas de equipos de protección para garantizar la seguridad sanitaria de los empleados del área municipal. En las últimas semanas no se detectaron más positivos, aunque fuentes cercanas al equipo de gobierno llaman a "no bajar la guardia" ante el temor de que pueda existir algún caso asintomático como el de Raúl González.

Mientras tanto, los otros tres agentes infectados continúan con su recuperación. Se trata de dos efectivos que patrullaban en el mismo vehículo y un tercer agente al que la enfermedad también golpeó en la familia más cercana con varios positivos. A día de hoy ninguno de ellos se encuentra hospitalizado, aunque uno sí precisó ingreso durante unos días debido a las complicaciones.

Todos esperan seguir la senda de Raúl González, que más allá del aburrimiento no padeció ningún otro mal que le haya impedido volver con normalidad a un área que, curiosamente, ha descendido notablemente su actividad. Fuentes de Seguridad Ciudadana apuntan a que el número de sanciones han caído drásticamente a raíz de las medidas de confinamiento, especialmente en lo relativo a las infracciones de tráfico, pues los desplazamientos diarios se han reducido a la mínima expresión ante el cierre de la mayoría de negocios y las restricciones establecidas a los ciudadanos a la hora de moverse en coche para ir a sus segundas residencias o realizar compras en centros comerciales situados fuera del municipio.

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