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Música para valientes

"León Benavente" pone a bailar con los brazos y las miradas al Auditorio en la primera gran noche de San Mateo

San Mateo: Concierto de León Benavente en Oviedo

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Fue un concierto para valientes, para los que estaban encima del escenario y para los que se sentaron en las butacas del Auditorio Príncipe Felipe. Abraham Boba, líder de "León Benavente", no paró de dar las gracias en toda la noche. "Es muy importante que estéis aquí", insistió en numerosas ocasiones, "es muy importante vuestra presencia para el mundo de la cultura, que no se le presta la atención que se merece". Mientras, Luis Rodríguez, guitarrista de la banda y allerano de Moreda, se llevaba la mano al pecho sabiendo que muchos de los suyos, muchos de sus amigos de siempre estaban allí sentados, ocultos tras las obligatorias mascarillas.

Aún así, aún con todo, la música volvió a cumplir su función, la de ser un bálsamo y la de agitar conciencias. Tan sencillo y tan complicado como eso es lo que logran los leones, una banda que no deja ni un verso suelto. Así, todas sus canciones cobraron ayer más sentido, si cabe. Abrieron con "Siempre hacia delante". "Y si somos dos, mejor que uno. Si somos cien, será una celebración. Siempre hacia adelante", cantó el Auditorio. Enlazaron, tras un escueto "buenas noches", con "Cuatro monos", esa canción autorreferencial de quien no se cree el lugar en el que se encuentra, cuatro monos que "saltan porque esta noche han venido a verles". El público no pudo saltar pero Boba confesó desde el escenario que los músicos "nos estamos acostumbrando a veros bailar con los brazos y con las miradas".

Y los brazos y las miradas bailaron "Como la piedra que flota", "La Ribera", "Ánimo, Valiente" o "Brigada". El público disfrutó, y mucho, de una noche que tenía que haber sido otra cosa pero "es lo que hay", dijo Boba con la esperanza de "volver a vernos en mejores circunstancias".

Antes, "Pequeño club imposible" rindieron un gran homenaje a las fiestas de San mateo. El grupo de Ivo Pérez, Pablo Moro y Alfredo González, llevaron a su terreno de juego algunos de los éxitos de grandes grupos que disfrutaron de mejores noches en la ciudad. Jugaban en casa y se notaba en el público que coreaba cada una de las canciones. Pablo Moro se arrancó con un precioso "One" de "U2" que en 1993 pisaron el césped del viejo Tartiere, vale que no fue en San Mateo sino en mayo.

Ivo confesó algo que nunca le había ocurrido, "el gel hidroalcohólico hace que me resbale la púa". No importó ni lo más mínimo, los tres lograron hacer sonreír con las miradas a los espectadores. Hubo dedicatorias para familiares y amigos pero por encima de todo hubo buena música. Un repaso que fue de "El último de la fila" a "Sidonie" pasando por Calamaro. Ivo lo dijo: "Canta", y Oviedo cantó.

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