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La nueva ordenanza de limpieza obligará a separar los residuos en viviendas

El texto, que sustituirá a otro de 1993, prevé crear un registro de ADN de los perros de la ciudad

Una norma municipal obligará a los ovetenses a separar los residuos para facilitar su reciclaje. La concejalía ser Servicios Básicos dirigida por el edil del PP Gerardo Antuña, ultima el borrador de la nueva ordenanza de limpieza con la cual pretende elevar de manera considerable la tasa de reciclaje del municipio y también prevé crear un registro de ADN de los perros de la ciudad para facilitar el rastreo para encontrar a los dueños infractores que no recogen los excrementos de los animales.

El nuevo texto sustituirá a otro aprobado en 1993 tras quedarse ya muy obsoleto. "Es necesaria una nueva ordenanza acorde a las necesidades y objetivos medioambientales de los tiempos que corren", señala Antuña, que el pasado jueves mantuvo una reunión con el grupo municipal del PSOE con el objetivo de realizar cambios en el texto incluso antes del inicio de los trámites administrativos para aprobar la normativa.

Antuña afronta el reto de convertir la ciudad en un referente nacional en materia de reciclaje. "Actualmente Europa obliga a reciclar el 50% de los residuos y en Oviedo, aunque somos de los que mejor vamos de Asturias apenas alcanzamos el 25%", explica el también edil responsable de Parques y Jardines.

Entre los cambios más controvertidos se incluye la creación de un registro municipal de perros a través de pruebas de ADN. La finalidad de la apuesta es facilitar la identificación de los canes y sus dueños, si bien la tarea se antoja bastante ardua y complicada. Actualmente se estima que los ovetenses tienen a su cuidado algo menos de 30.000 perros.

En la ordenanza se explica que el Consistorio implementará el procedimiento que crea oportunidad para crear este registro y posteriormente podrá ser utilizado para identificar a los dueños de las mascotas en caso de infracciones. De confirmarse el incumplimiento de las normas los sancionados se harían cargo del coste de las pruebas de laboratorio necesarias para su identificación.

En lo que respecta a las sanciones habrá cambios sustanciales. El texto vigente todavía recoge en pesetas la cuantía de unas multas que ahora podrán ser de hasta 750 euros en caso de incumplimientos leves y de hasta 3.000 en la mayoría de las infracciones muy graves y 1.500 en las graves. En casos excepcionales de vertidos industriales los castigos podrían ir hasta los 1,75 millones de euros.

Las sanciones por no recoger los excrementos de los animales no variarían pues se trata de una infracción recogida en la ordenanza de convivencia, la cual está también pendiente de modificaciones desde el pasado mandato cuando el tripartito planteó su modificación sin llegar a culminarla.

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