La sala de lo penal número dos también acogió ayer otro juicio relacionado con un atropello. En esta ocasión el accidente tuvo lugar el 22 de enero en un paso de cebra situado en la calle Jesús Sáenz de Miera, cerca de la rotonda de salida hacia la autovía hacia Gijón (AS-II). La conductora procesada arrolló ese día a una joven que a consecuencia del atropello sufrió cervicalgia postraumática, una contusión en la rodilla y un esguince en el tobillo derecho.

“¿Cómo te encuentras? La verdad es que no puedo quitarme de la cabeza aquel día”, le dijo la acusada a la víctima antes de entrar en la sala. “No te preocupes, yo estoy perfectamente, de verdad”, le respondió la joven. Pero a pesar de la cordialidad entre ambas partes y de que el fiscal le ofreció un acuerdo a la procesada el juicio tuvo que celebrarse. La conductora y su abogada no aceptaron las condiciones del ministerio público –un año y un mes de retirada del carnet de conducir– y optaron por celebrar. Una vez dentro, la acusada explicó su versión de los hechos. “Ese día estaba lloviendo mucho y estaba oscuro porque era invierno y aún no había amanecido. Cuando me di cuenta la tenía encima. Intenté frenar, pero fue tarde”, dijo.

La víctima explicó que el coche le golpeó cuando le quedaban “dos o tres metros para llegar a la acera”. El juicio quedo visto para sentencia.