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Oviedo quiere proteger su perímetro con un “anillo verde” sostenible y transitable

El Ayuntamiento diseña un plan para conectar todas las sendas que rodean la ciudad con un itinerario para bicis y peatones de 60 kilómetros

La senda de Fuso, a su paso por Las Caldas. Miki López

Las últimas aceras de La Florida transcurren entre edificios de seis, siete u ocho plantas y, al cruzar una calle, comienza el campo. Hay puntos en los que la ciudad termina de forma abrupta y otros en los que la sucesión de chalés es una letanía interminable. Los planes urbanísticos para el futuro de Oviedo quieren desterrar ambos modelos. La idea es que las alturas se vayan degradando a medida que se llega a los confines de la periferia y que, allí donde el suelo sigue siendo urbanizable, las nuevas viviendas se integren en el entorno, convirtiendo los bosques y praderas en parques naturales y sostenibles. Así nacería el primer “círculo” concéntrico del gran “anillo verde” que el Ayuntamiento está proyectando para el Oviedo del futuro. La ciudad quedaría, de ese modo, circunvalada por una ronda que integraría las sendas periurbanas de la ciudad en un único itinerario peatonal y ciclable de unos 60 kilómetros. Es un proyecto que se intentará financiar con fondos europeos destinados tanto a la promoción de la movilidad sostenible como a la conservación y restauración de ecosistemas.

En colaboración con Las Regueras, el Ayuntamiento ya ha finalizado los pliegos de un proyecto que estudiará los caminos del entorno del Nora y los convertirá en una única senda transitable por ciclistas y peatones. De igual forma, el Consistorio también tiene previsto encargar una asistencia técnica para hacer lo propio entre Las Caldas y San Claudio. Así, se irán sumando proyectos para interconectar las sendas periurbanas de la ciudad, generando el segundo “anillo” de movilidad sostenible que se tratará de financiar con fondos europeos. A medida que la ciudad crezca, se irán trazando caminos y sendas radiales que conecten la ronda peatonal con las vías que vaya generando el anillo urbano, hasta llegar a la cifra de los 150 kilómetros. El primer diseño de la concejalía de Urbanismo, que tendría unos 60 kilómetros de recorrido continuo, circunvalaría la ciudad desde San Claudio, bajando por los meandros del Nora, pasando por Trubia, Caces y Las Caldas y conectando con Fuso de la Reina hasta La Manjoya y San Esteban de las Cruces. Atravesaría después Pando, Faro, Colloto y la senda del río Nora hasta Villapérez, desde donde conectaría con las rutas del Naranco, Ules y Villamir, para cerrar el anillo, de nuevo, en el punto inicial, en San Claudio.

Oviedo quiere proteger su perímetro con un “anillo verde” sostenible y transitable

Además, las áreas de Turismo y Parques y Jardines están trabajando en la recuperación de las sendas de la zona rural para convertirlas en un atractivo turístico, uno de los objetivos del alcalde, Alfredo Canteli.

El anillo verde para la ciudad es una posibilidad que ya se barajó en tiempos del tripartito. Entonces, e igual que ahora, Vitoria era el espejo en el que mirarse. El proyecto premiado de la ciudad vasca es en el que se están basando en el Consistorio, aunque hay diferencias. Oviedo, explican los técnicos municipales, debe aprovechar la naturaleza de su entorno, los bosques y las praderas naturales en lugar de crear parques urbanos. Se trata de una opción más respetuosa con el medio ambiente y más económica, porque requiere menos cuidados. Desde Urbanismo explican que parte de la inversión para el primer círculo del “anillo verde” de la ciudad correría a cargo de promotores privados, ya que en el Plan General de Ordenación estará previsto que deban urbanizar conforme a este modelo, respetando y generando estos espacios verdes de acuerdo con el proyecto municipal.

El primer teniente de alcalde, Nacho Cuesta, ha señalado que Oviedo tiene “una oportunidad de poner en valor su patrimonio natural. Un anillo verde que teja una red de itinerarios y sendas para el disfrute de vecinos y visitantes. Se trata de desarrollar una zona de transición urbanística entre la ciudad y el área periurbana rural y de potenciar todos los recursos naturales de la capital del Principado. Más aún en tiempos de pandemia, en los que está resurgiendo el interés por el desarrollo de entornos saludables y seguros cercanos a la urbe, con usos residenciales o recreativos y deportivos”.

Esa zona de transición urbanística se haría notar en toda la zona oeste de la ciudad, que comprende desde Las Campas hasta el ámbito que separa Montecerrao de Latores, pero también en las praderas situadas bajo Ventanielles, en la otra punta de la ciudad. Esta degradación de las alturas permitidas para la construcción que fundirá el tejido urbano con el rural, apuntan desde el Consistorio, no rebajará los aprovechamientos urbanísticos. Y sería este paulatino crecimiento el que terminaría uniendo los dos proyectos en un único “anillo verde” que potencie la movilidad sostenible en la ciudad. Ayer mismo, Podemos instó a solicitar fondos europeos para este mismo fin, recuperar el proyecto del “anillo verde” de Oviedo, una iniciativa en la que el equipo de gobierno ya trabajaba en paralelo.

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