La Rodriga, un oasis de tranquilidad en Oviedo

El Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido se celebra con juegos, un concierto de susurros y clases de botánica

Ángel Gracia explica las características de uno de los árboles del parque. | Analía Pello

Ángel Gracia explica las características de uno de los árboles del parque. | Analía Pello / Víctor Delgado

En el corazón de Oviedo hay un parque que se aleja del bullicio de la ciudad y donde ayer solo se escuchaba el canto de los pájaros. Los Jardines de La Rodriga acogieron la celebración del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, que trajo varias actividades a la capital asturiana. La mañana de juegos, talleres y conciertos tuvo una nutrida participación, en especial por parte de los niños. "Queremos poner en valor la tranquilidad", explicaba Begoña Honrado, responsable de la Escuela de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Oviedo. Este colectivo organizó estas jornadas, que pretenden "fomentar los espacios sonoros saludables".

El Coro de Muyeres de San Esteban da un concierto de susurros ante el público infantil. | Analía Pello

El Coro de Muyeres de San Esteban da un concierto de susurros ante el público infantil. / Analía Pello

La actividad buscaba también dar a conocer los Jardines de La Rodriga, un espacio verde público que no le resulta familiar a todos los ovetenses pese a estar en el centro de la ciudad. "No sabíamos que esto era público", decía un grupo de madres que acompañaba a sus hijas a la primera de las propuestas: unos juegos donde niños casi recién nacidos se relacionaban por primera vez con distintos estímulos sonoros. A escasos metros, se hicieron representaciones teatrales. Una actriz hacía de mimo y relataba los duelos a muerte que allí mismo se celebraron a finales del siglo XVIII; y otra hacía el papel de campesina.

Uno de los puntos fuertes de este parque es su variedad de especies vegetales, plantadas en su día por el Marqués de La Rodriga. El monitor Ángel Gracia aleccionó a un grupo de pequeñas sobre las características de los árboles del parque. Lara Manzano, Lena Lamadrid, Nina Manzano y Miranda Rodríguez fueron sus alumnas aventajadas y pronto fueron capaces de adivinar las edades de las plantas contemplando sus troncos. Para terminar, hubo música, aunque en voz baja. El Coro de Muyeres de San Esteban interpretó un inédito concierto de susurros. El oasis de tranquilidad de La Rodriga solo fue interrumpido para despedirlas con un aplauso.

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