Y al cuarto día, se obró el milagro. “Coco”, el yorkshire que desapareció el pasado jueves cuando alguien robó, con el can dentro, la furgoneta de su dueño, apareció en la noche de este lunes en Ciudad Naranco. Unas horas antes, por la mañana, se había localizado la furgoneta, abandonada, en el polígono industrial de Oñón (Mieres). Lo más extraño, explica el dueño de “Coco”, es que ni en la furgoneta faltaba nada, ni el perro había sufrido daño alguno.

“Es todo muy extraño. En la furgoneta no faltaba ni un boli, ni siquiera los paquetes que tenía en la parte de atrás. Y ‘Coco’ está en perfecto estado, ni siquiera parece tener estrés. Nos ha comido a besos nada más vernos”, explicaba el propietario del animal, en conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA, nada más confirmarse la recuperación de “Coco”.

La sustracción del vehículo de reparto, un furgón blanco de la marca Iveco, tuvo lugar a plena luz del día, poco antes de las cinco de la tarde del jueves en la calle Marqués de Valero de Urria, en las inmediaciones del campus del Milán. El ladrón (o ladrones) aprovechó un momento en el que el propietario estaba haciendo un recado para robar el vehículo, presuntamente sin percatarse de que dentro estaba “Coco”, esperando el retorno de su dueño. Las primeras pistas apuntaban a que el vehículo había sido visto circulando por la autovía AS-II en sentido hacia Gijón.

La desaparición de “Coco” tuvo un gran impacto en las redes sociales y en los medios de comunicación. En los días siguientes, los propietarios de “Coco” se volcaron en la búsqueda del animal, encontrando un amplio respaldo en las redes sociales. “Creemos que es lo que finalmente precipitó todo, porque estaba muy extendido y había mucha gente que lo estaba difundiendo”, reflexiona el dueño del perro.

La furgoneta robada el pasado jueves junto al campus del Milán, aparcada este lunes en polígono mierense de Oñón.

Finalmente, la furgoneta de reparto apareció estacionada a las diez de la mañana de ayer en un lugar apartado del polígono de Oñón y aparentemente en buen estado.

La sorpresa de sus dueños fue mayúscula cuando “Coco” apareció, a primera hora de la noche, en la calle Augusto Junquera, en Ciudad Naranco. “Lo más extraño es que mi hija vive allí mismo, es como si supieran dónde dejarlo”, decía ayer el dueño, que descarta que el perro fuese abandonado en otro lugar y caminase solo hasta ese lugar: “No conocía la calle, y cuando lo recogimos no tenía las patas mojadas, pese a lo que llovió durante la tarde”, reflexionaba, antes de dar las gracias “a todos los que nos prestaron ayuda, tanto a particulares como a los medios, para recuperar a ‘Coco’”.