Entrevista | Víctor Fernández Salinas Catedrático de Geografía Humana, ofrece hoy (19.30 horas) una conferencia en el Club Prensa Asturiana

"La actuación en los terrenos del viejo HUCA es clave para el Oviedo del siglo XXI"

"El emplazamiento de la Fábrica de Gas es muy delicado, próximo a los espacios más antiguos" | Los Picos de Europa o las brañas vaqueiras podrían ser Patrimonio Mundial de la Humanidad

Víctor Fernández Salinas. | Irma Collín

Víctor Fernández Salinas. | Irma Collín / E. Peláez

Víctor Fernández Salinas es catedrático de Geografía Humana en la Universidad de Sevilla, fue secretario del Comité Nacional español de Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), una organización internacional no gubernamental asociada con la Unesco. De padre asturiano y madre andaluza, pasó su infancia y juventud en la región, donde se licenció en Geografía. Hoy ofrece una charla, a las 19.30 horas, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

–Su charla se centrará en los paisajes culturales asturianos.

–Asturias tiene que reconocer la dimensión de sus paisajes porque tenemos una asignatura pendiente. A diferencia de comunidades autónomas como Cantabria, Galicia, País Vasco y otras, no tenemos una ley específica, y eso que el paisaje en Asturias no es algo secundario, forma parte de la identidad de los asturianos. Al final del verano en LA NUEVA ESPAÑA se hacen entrevistas a visitantes en Asturias, que destacan lo que valoran de la región. Y una parte muy sustancial de ellos habla del paisaje, que forma parte de la identidad de la región y es muy valorado por los de fuera pero que no tiene un reconocimiento efectivo y real.

–Otras regiones están más avanzadas.

–Vamos por detrás de otros territorios. Los paisajes son un recurso. El reconocimiento del patrimonio lleva a activarlo, a que se convierta en un elemento que enriquece la autoestima de esos territorios y que genera posibilidades de todo tipo. Un paisaje de calidad es el primer requisito para tener territorios que sean competitivos y atractivos.

–¿Hay preocupación sobre el tratamiento del paisaje en algunas zonas?

–Sí. Como en el suroccidente asturiano, con el desarrollo masivo de los parques eólicos sin que haya habido un planteamiento racional de cuáles son las zonas más adecuadas. Solo se ha hecho un estudio sobre las áreas más adecuadas desde el punto de vista eólico, pero no tanto centrándose en el paisaje.

–Centrándonos en Oviedo, ¿qué cree que se tiene que hacer en La Vega?

–Es una oportunidad para Oviedo. Cuando hay una operación de este tipo en una localización tan importante para la ciudad y con tanta riqueza dentro es una oportunidad magnífica. No estamos hablando de fosilizar el espacio, de convertirlo en un museo, sino de que se adecue con las claves que sean oportunas para las necesidades de la ciudad. Y dentro de esa actuación, que puede ser muy variada porque es un espacio muy flexible, tiene que haber, para empezar, una consideración sobre qué valor cultural tiene lo que hay allí o lo que puede haber, porque cuando se hagan prospecciones arqueológicas pueden salir elementos que no conocemos.

–¿Qué es lo fundamental?

–Que cualquier ordenación se haga teniendo en cuenta el paisaje de la ciudad y no tenemos un documento que nos hable del paisaje de Oviedo. Una ciudad como esta, tan potente desde el punto de vista patrimonial, con tanta presencia en la literatura y en el arte, debería tener una carta de paisaje en la que se estableciesen algunas claves. Pero es que, además, La Vega está muy cerca de bienes del patrimonio mundial reconocidos por la Unesco, de los que tienen la mayor distinción que se le puede dar a un bien patrimonial en la escala universal. La sensatez nos lleva a tener en cuenta esa circunstancia y a que lo que se haga tiene que ir en pro de la mejora de ese espacio.

–Se llegó a hablar de una torre de viviendas, pero después fue descartada.

–Afortunadamente, parece que no se está pensando ya en un rascacielos muy cerca de San Julián de los Prados. Soy optimista, sobre todo después de saber que no se va a hacer una torre, que no solo es que descontextualice a San Julián de los Prados, es que competiría con las claves de la ciudad. La torre competiría con la Catedral y no puede quitarle el valor, ya que tiene muchos siglos. Otra asignatura pendiente, que espero que desaparezca, es la de una autopista al lado de Santullano, que fue una barbaridad en los años 70. Espero que lo que se haga allí no sea una amenaza. Aunque no tengo una propuesta de lo que tiene que hacerse en esa área.

–Pero sí incide en la necesidad de sosegados análisis previos.

–Se tiene que hacer un estudio previo paisajístico respecto a las cuestiones que puedan desarrollarse en ese espacio. Es fundamental mantener los volúmenes, aunque aquello es tan grande que hay que hacer un estudio específico de las distintas zonas. Hay que analizar la recuperación de los elementos patrimoniales que dan identidad a ese ámbito, y van desde los restos del claustro hasta los chalés. Hay que saber también por qué hay determinados bienes que llegan en ese estado ruinoso hasta el momento actual. La ciudad puede tener proyectos perfectos y creativos para darles uso y valor a estos chalés. Soy optimista y confío en que, dado que está en un ámbito muy cercano al reconocido por la Unesco, como es el entorno de protección de la Cámara Santa y San Julián de los Prados, la solución urbanística se adecue a ello.

–También se prevé intervenir en la Fábrica de Gas.

–Está en un emplazamiento muy delicado, porque está al lado del antiguo sector amurallado de la ciudad, muy próxima a lo que son los espacios más antiguos de Oviedo. Es una zona muy comprometida pero hay cientos de iniciativas en otras ciudades del mundo que han hecho operaciones de distintas funcionalidades en los centros urbanos y se han integrado perfectamente.

–La zona de viejo HUCA espera por una actuación.

–Es una zona de gran oportunidad para Oviedo aunque mucho menos comprometida desde el punto de vista paisajístico pero tampoco significa que se pueda hacer cualquier cosa. Hay mucho espacio y es una pieza clave para el Oviedo del siglo XXI.

–Se han dado pasos para pedir que el casco antiguo de Oviedo sea declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad.

–Esta zona me parece preciosa. He estudiado en Oviedo, he vivido en su centro histórico y lo defenderé donde sea, pero también hay que tener en cuenta las reglas de la Unesco. Y ya no está en la línea de ciudades históricas, y sobre todo españolas y europeas. Pretende hacer una lista equilibrada y meter sobre todo categorías que estén poco representadas en la lista para que se equilibre. Hay muchas ciudades históricas medievales europeas y Oviedo lo tendría dificilísimo.

–¿Qué opciones hay?

–Asturias donde tiene que competir es en paisajes culturales ya que no hay muchos en la lista. Podrían serlo, aunque no es fácil nunca nada, los Picos de Europa, las brañas vaqueiras, los castros o Somiedo con los teitos. Asturias tiene una serie de elementos que podrían entrar mucho más fácil en la lista, en mi opinión. Oviedo, además, ya está en la lista del Patrimonio Mundial porque está el Camino de Santiago y está dentro con un espacio importante como la Catedral y la zona antigua de Oviedo. La Unesco pone muchas cortapisas, y especialmente a los países que tienen muchos bienes en la lista. España, después de Italia, China y Alemania, y empatada con Francia, está entre los países del mundo con más bienes.

–La cultura sidrera asturiana es candidata a ser Patrimonio Mundial Inmaterial de la Humanidad.

–Este reconocimiento depende muchas veces de la autenticidad que se pueda dar a una celebración, fiesta o algo simbólico que esté muy apoyado por lo local. La cultura sidrera es uno de los elementos clave de la identidad asturiana y espero que tenga buen futuro.