Alma de Oviedo

Príncipe del dato

La mezcla de ingeniero y economista afiló en Juan Carlos Arias, expresidente del Tenis, un carácter práctico y eficaz

Juan carlos Arias,  esta semana, en el Club de Tenis de Oviedo | Fernando Rodríguez

Juan carlos Arias, esta semana, en el Club de Tenis de Oviedo | Fernando Rodríguez / Chus Neira Foto: Fernando Rodríguez

Chus Neira

Chus Neira

No parece hoy nada casual que una de las primeras cosas con las que el ingeniero Juan Carlos Arias se encontró al incorporarse como jefe de electrónica a Ensidesa fuera un voluminoso ordenador P250 Univac. En aquel momento aún no había cursado la carrera de Economía ni ingresado en el registro de auditores ni ofrecido a su empresa sus exhaustivos informes de seguimiento y mejora de procesos, pero los muebles de su cabeza ya estaban tan bien dispuestos como para rivalizar con aquellas computadoras en el análisis de datos y la eficacia en la toma de decisiones. Juan Carlos ya había dado muestras de su capacidad para avenirse con las circunstancias y optar por lo que le salía más a cuenta desde chaval. Con esa ética pragmática se encontró de bruces el hermano marista el primer día de clase de sexto curso, 4 de octubre de 1966. La víspera había fallecido la madre de Juan Carlos, María Enriqueta Fernández Carrio, víctima de una enfermedad larga y dolorosa. Al llegar al tercero de la lista, el profesor empezó a explicar las circunstancias personales por las que el alumno no había acudido ese día y una voz atajó: –Sí, estoy aquí

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Con su esposa, Guadalupe González. / Chus Neira Foto: Fernando Rodríguez

Esa ausencia todavía pesa y duele hoy. "Era una fuera de serie, heredamos mucho de ella; a enfocar la vida, a poner las zapatillas del vecino antes de tus propios zapatos". Tercero de siete hermanos, la resolución le llevó por el camino del buen estudiante y alimentó su inclinación a trastear y reparar. Una combinación de ese tipo le hubiera llevado a Santiago a estudiar Medicina después de haberse entrenado leyendo el "Testut" y presenciando varias operaciones de próstata de su tío Jaime Arias y otras cuantas más de Alonso Lej, Pepelín Campoamor o Alfredo blanco. Quería ser médico pero en su cabeza salía más a cuenta Minas. Aquí estaba su hermano Ángel, que también había renunciado a Caminos, y la situación económica familiar no acompañaba. Después de un bachillerato excelente, aunque "algo más prudente" que su hermano Ángel, con 5 matrículas de honor donde áquel tenía 7, apareció en Minas, 17 años, 14 horas al día de estudio y repasando hasta en el cuarto de hora entre clases. No le desanimaron ni los compañeros mayores –"¡chavalín, no estudies tanto que vas a suspender igual!"– ni Alfonso Hevia, que le dejó física con un 4. Forzado a repetir, desafió el criterio del catedrático y se matriculó por libre en segundo. Con este sistema recuperó y acabó convirtiéndose en el primero alumno en terminar Minas en cinco años. Aquella proeza le entrenó tanto en cálculo y física que montó con su hermano Ángel una exitosa academia de clases particulares –"la academia del príncipe", les decían el juancarlismo– en una habitación que su abuela les dejaba en Fray Ceferino y donde llegaron a juntar 50 alumnos.

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En el centro, en segunda fila, con los alumnos del Auseva. / Chus Neira Foto: Fernando Rodríguez

En Ensidesa, donde ya trabajaban su hermano y su padre, Arias, que vivió con gusto y entusiasmo destinos y cometidos: El plan de mejora de estructuras (1987), la firma de una operación con Thyssen para hacer carrocerías para Seat (1992), la gestión del plan de inversiones o la jefatura de la auditoría financiera. Esa época, que coincidió con sus años de presidente del Tenis, la recuerda como la más tranquila. Después de años de viajes en coche por el alto de la Miranda, atendiendo averías de madrugada, tenía despacho en la plaza de América tan cerca de su casa que en las clases de francés que daban a los directivos –Usinor pesaba en Arcelor– si el ejercicio consistía en explicar cómo llegabas al trabajo, él contestaba: "Je me rends au travail en ascensseur". Y todavía hoy se parte de risa al recordarlo.

1.-María Enriqueta Fernández posa con sus hijos en la finca de San Bartolomé de Miranda, con Ángel, Alberto, María José, María Enriqueta y Juan Carlos Arias, por la izquierda y, delante, en el mismo sentido, Isabel y Ana. 2.-En el Pozo Llascaras: por la izquierda, de pie, Joaquín González Suárez, Juan Carlos Arias, Mariano Arias, Gonzalo Fernández Cabal y Enrique González; agachados, Ángel Fuente, Francisco Cabo Lahita y Juan Carlos Torres. 3.-En el centro, en segunda fila, con los alumnos del Auseva. 4.-Con su esposa, Guadalupe González. 5.- Guadalupe González, con sus hijos Fernando y María. A la izquierda, Juan carlos Arias,  esta semana, en el Club de Tenis de Oviedo

Guadalupe González, con sus hijos Fernando y María. / Chus Neira Foto: Fernando Rodríguez

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En el Pozo Llascaras: por la izquierda, de pie, Joaquín González Suárez, Juan Carlos Arias, Mariano Arias, Gonzalo Fernández Cabal y Enrique González; agachados, Ángel Fuente, Francisco Cabo Lahita y Juan Carlos Torres. / Chus Neira Foto: Fernando Rodríguez

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María Enriqueta Fernández posa con sus hijos en la finca de San Bartolomé de Miranda, con Ángel, Alberto, María José, María Enriqueta y Juan Carlos Arias, por la izquierda y, delante, en el mismo sentido, Isabel y Ana. / Chus Neira Foto: Fernando Rodríguez

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