El violento legado de "La Gangasita" en Oviedo: comerciantes locales denuncian acoso de grupos de menores desde hace dos años

Distintos negocios se han organizado ante la sucesión de varios incidentes, que ahora vinculan a la aparición de la banda

Chus Neira

Chus Neira

Las fechas coinciden aunque no haya constancia de que sean los mismos. "Y si lo son, entonces es que hay más bandas", concluye uno de los comerciantes que ha puesto en alerta a este periódico después de que la Policía Nacional difundiera ayer la operación especial llevada a cabo para desarticular la incipiente banda de "La Gangasita".

El viernes se informaba de la aparición de un nuevo grupo de delincuencia juvenil que estaba empezando a cobrar músculo y a extenderse por la región, muy vinculado a las zonas de ocio nocturno del casco antiguo de la ciudad, que respondía también al nombre de "GAK" y tenía atemorizados a los adolescentes. A "La Gangasita", la Policía llevaba siguiéndole la pista de cerca durante los últimos meses, pero los mismos agentes explicaban que sus primeras actividades delictivas databan de hacía dos años, de 2021, cuando la mayoría de ellos eran inimputables por tener menos de 14 años.

Esas edades –trece años– y esas fechas –2021– son en las que varios comerciantes de la ciudad enmarcan en varios incidentes sufridos en distintos barrios con grupos de jóvenes. "Siempre actúan juntos, muchas veces los fines de semana, los sábados, a última hora de la tarde o por la noche".

De momento no hay constancia, ni por fuentes policiales ni judiciales, de que las seis personas detenidas por la policía, a las que se les ha tomado declaración y que han quedado en libertad con cargos, acusados de un delito de asociación ilícita, pudieran tener relación con estos incidentes que refieren distintos comercios de Oviedo.

Si a "La Gangasita" se le atribuye, según el informe policial, hurtos, agresiones, acoso, amenazas y actos vandálicos, el grupo que entre 2021 y 2022 tuvo en vilo a distintos negocios de Oviedo desarrollaba parecidas prácticas. El cansancio de los empresarios los llevó al extremo de organizarse y hasta pusieron en marcha un grupo de whatsapp, "afectados por los guajes", para poder ayudarse unos a otros, identificar al mayor número posible y asistir como testigos a algunos de los juicios, que, explican, se sucederán en los próximos meses.

En estos casos los grupos de chavales actuaban a veces planteándose retos, obligando a uno de los componentes de la pandilla a realizar algún tipo de acción que, dependiendo de la violencia, se situaba entre la gamberrada, el acto vandálico o el atentado contra la propiedad.

Podía tratarse, simplemente, de pasar delante de una terraza, agarrar una silla y tirarla dentro del bar. Aprovechar que un negocio tenía un cartel en la calle para arrancárselo. Coger unas flores y pegarles una patada. Golpear los cristales. Cuando solo era uno de los jóvenes el que actuaba, acompañado por dos o tres en el exterior, la escena solía acabar con una carrera por la calle. El problema se complicaba, cuentan los comerciantes, cuando actuaban en grupos más numerosos. Relatan escenas en las que hasta treinta personas fueron a molestar a un negocio, tirándole tetrabriks de leche contra el cristal, tratando de romper el escaparate a patadas.

Otras veces utilizaron otro tipo de materiales y fueron más efectivos, utilizando bolas de acero para romper ventanas y puertas.

En otros negocios también realizaban pequeños hurtos. La táctica habitual no era demasiado sofisticaba: Entraban al local un grupo numeroso, distraían a los encargados y mientras tanto otros sustraían distintos productos.

Ante la proliferación de este tipo de incidentes, los comerciantes se fueron organizando, pusieron las primeras denuncias y mandaron mensajes directos a los chavales en los casos en los que pudieron interceptarlos.

Aunque la conflictividad parece haber bajado, todavía les queda el temor de que este grupo pueda haber ido creciendo y tenga algo que ver con el que ahora ha desarticulado la Policía.

En el caso de "La Gangasita" o "GANK", siempre según los hechos descritos por el informe policial, parece que habían subido un peldaño más allá de los actos vandálicos y los pequeños hurtos. Los agentes que les seguían la pista indican que era la primera vez en que un grupo autóctono, no una delegación de una organización criminal ya asentada en otras partes del territorio, trataba de nacer y establecerse copiando las maneras de los grupos organizados. El propio nombre hace referencia al mundo "gansta" y la estructura jerárquica que, según la Policía, estaban empezando a tejer. Imitaban en este aspecto a las bandas latinas que llevan años afincadas en España y que también habían llegado a Asturias hace ya décadas.

La conflictividad con este nuevo tipo de bandas se vivió de forma más cruda en la región hace unos quince años, cuando la aparición de "Los Ñetas", en Gijón, y los "Latinos de fuego", en Oviedo, se tradujo en un incremento de altercados violentos que se solían saldar con heridos por arma blanca, jóvenes apuñalados por otros jóvenes.

En el caso de "La Gangasita", y también en los grupúsculos que estuvieron acosando a distintos negocios repartidos por varias zonas de Oviedo, la mayoría de los miembros son de nacionalidad española, y en menor medida se cuentan algunos jóvenes de otras nacionalidades.

Aunque los problemas con los negocios se produjeron por toda la ciudad, fuentes policiales indican que este nuevo tipo de bandas están muy vinculadas al ocio nocturno más joven, que en Oviedo se concentra en el Antiguo. La calle Mon es, en este sentido, un punto neurálgico, aunque de momento no consta su asociación concreta con un local determinado.

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