Entrevista | Rafael Santandreu Psicólogo y escritor, hablará hoy a las 19.30 horas en el Club Prensa Asturiana de su método para «vivir sin miedo»

"Se potencia cada vez más la educación tecnológica y nada la ‘interior’, que es la clave"

"La caída de la religión, que aportaba muchos buenos principios en la vida, es otro de los factores que contribuyen al desequilibrio"

Rafael Santandreu. |  | LNE

Rafael Santandreu. | | LNE / M. J. Iglesias

María José Iglesias

María José Iglesias

Rafael Santandreu Lorite (Barcelona, 1969), practica la psicología cognitiva y sus libros inciden en lo importante que es librarse de miedos absurdos que condicionan la existencia. Santandreu anima a realizar un "curso" intensivo en desapego y estoicismo. De ello y de otras muchas cosas hablará hoy a las 19.30 horas, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

–El miedo nos acompaña siempre. ¿Es necesario?

–Claro. El miedo es una maravillosa herramienta que nos alerta de los peligros. Pero a menudo se desconfigura. Entonces, es como la alarma de tu coche que suena a cada rato del día o de la noche y a un volumen brutal. Entonces se convierte en una tortura. Pero la buena noticia es que se puede volver a configurar. Los veinte testimonios que salen en mi último libro, "El método para vivir sin miedo", superaron unos ataques de pánico, TOC e hipocondría muy fuertes demostrando que el cerebro es plástico y puede volver a configurarse.

–¿Dónde está realmente el equilibrio?

–Un miedo pequeño y pasajero es adecuado. Pero con ataques de pánico se puede experimentar un miedo intensísimo cada día y sin motivo. Por ejemplo: María tuvo ataques diarios durante 30 años. Desde los 20 hasta los 50, cuando acudió a terapia. En toda esa larga etapa tomaba entre 6 y 7 tranquilizantes cada día. Por fin pudo re-educar a su cerebro. Ahora puede tener problemas y estrés pero ya no ha vuelto a tener esos ataques desde hace varios años. Su vida ha cambiado.

–Se habla más que nunca de la salud mental. ¿Qué nos pasa?

–La sociedad es cada vez más exigente. Tenemos que estar en forma, ser guapos, extrovertidos, tener un piso en propiedad, un gran trabajo, una gran pareja… ¡y 10.000 cosas más! Y como falles en una sola eres un fracaso total. Pero el dueño de tu mente eres tú y si te amueblas muy bien mentalmente, podrás esquivar esa presión y aprovechar las ventajas de la vida moderna.

–¿En qué estamos fallando como sociedad, especialmente con los niños o jóvenes?

–Vivir en una sociedad opulenta es como conducir un Ferrari. Va tan rápido que necesita un volante y unos frenos de primera. Eso es la educación emocional, en valores, filosófica o espiritual. Y, en cambio, se potencia cada vez más la educación tecnológica y nada la interior, que es clave. La caída de la religión, que aportaba muchos buenos principios de vida, es otro de los factores que contribuye al desequilibrio de esta sociedad.

–Está claro que el dinero y el consumo desaforado no son la solución...

–Fíjese que el descalabro emocional es mayor en las sociedades más ricas. Está más que claro, sí.

–Tener menos y apreciar más las cosas, ¿cómo hacerlo?

–Tienes que convencerte, hasta el tuétano, de que necesitas muy poco para estar bien. San Francisco de Asís dijo: "Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito, las necesito muy poco". O Stephen Hawking, el científico en silla de ruedas, decía que su parálisis era una minucia. Tienes que hacer un curso intensivo personal en valores, en desapego... como hacían los estoicos en el siglo I en Roma. ¡Funciona!

–¿A qué tiene miedo usted?

–A las cucarachas, sin duda. Podría eliminarlo, pero no vale la pena porque nunca las veo. Pero ya no tengo miedo a la muerte ni a la enfermedad ni a que mi novia me ponga los cuernos ni a hablar en público. ¡Y así se está tan bien!

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