La visita de los premios "Princesa de Asturias", flamante estreno para la sede del IPLA en La Corredoria

Jeffrey Gordon, galardonado en Investigación Científica y Técnica, tendrá el próximo miércoles un encuentro con clínicos e investigadores asturianos

Estado actual del edificio que albergará la nueva sede del IPLA, pendiente de inaugurar en el barrio de La Corredoria. | Luisma Murias.

Estado actual del edificio que albergará la nueva sede del IPLA, pendiente de inaugurar en el barrio de La Corredoria. | Luisma Murias. / Luisma Murias

Víctor Delgado

Los premios "Princesa de Asturias" serán la excusa perfecta para inaugurar la nueva sede del Instituto de Productos Lácteos (IPLA), situado en La Corredoria. Jeffrey Gordon, uno de los tres galardonados en la categoría de Investigación Científica y Técnica, visitará el próximo miércoles el centro, al que se dará uso por primera vez desde que el instituto lácteo decidió cambiar Villaviciosa por Oviedo. El biólogo estadounidense, un pionero en el estudio del microbioma humano (un microorganismo que habita en nuestro intestino), participará en un desayuno de trabajo con clínicos e investigadores asturianos. Al encuentro están invitados personal del HUCA y del Hospital de Cabueñes, además de la directora del Instituto de Investigación Sanitaria (ISPA), Victoria Álvarez y el presidente de la biotecnológica gijonesa Microviable Therapeutics, Claudio Hidalgo.

María Fernández, directora del IPLA y delegada del CSIC en Asturias, manifestó a este periódico la gran alegría que supone este encuentro: "Es una oportunidad para el IPLA y también para Asturias de poner en valor la investigación puntera que se hace en la región". Fernández destacó que el estudio del microbioma de Gordon, que habla de su influencia en la salud humana, está alineado con las investigaciónes que se realizan en el IPLA. "Es un investigador al que hemos referenciado siempre y será un placer conocerlo en persona. Lo habíamos invitado a algún congreso, pero es difícil cruzar el charco", apuntó la directora, que espera que el encuentro sirva para establecer lazos futuros en forma de intercambios de investigadores o colaboraciones en proyectos.

Pero pese a la llegada de Gordon, aún habrá que esperar para que el IPLA traslade a sus más de 60 trabajadores a La Corredoria. El edificio está terminado por fuera, pero necesita aún equiparse por dentro. María Fernández ve "imposible" terminar la obra antes de marzo de 2024, aunque sí que considera "realista" llevar a cabo la mudanza dentro del primer semestre del próximo año. Hay tres contratos distintos para el equipamiento interior: el del mobiliario de oficina, el de las cámaras frías y el de los equipos de esterilización.

La empresa Muebles Romero, con sede en Riba-roja de Túria (Valencia), se adjudicó el primero de los tres contratos, por una cifra en torno a los 850.000 euros. Mientras que las cámaras frías y los equipos de esterilización aún no conocen a su constructor. "Seguimos valorando empresas y pidiendo presupuestos para elegir la mejor opción", aseguró la directora del IPLA. El equipamiento cuenta con una subvención de 800.000 euros de los fondos europeos Next Generation. El resto correrá a cargo del Estado. El Gobierno de Pedro Sánchez incluyó una partida de 1,5 millones de euros en los Presupuestos Generales de este año, que se suman a los 9,5 millones invertidos en levantar el edificio.

Respecto al futuro del inmueble que alberga desde 1990 la actual sede del IPLA en Villaviciosa, no hay novedades. "Desde la Consejería de Ciencia nos dicen que quieren aprovechar el edificio, aunque aún no sabemos cómo. Esperamos que así sea, porque el polo de la agroalimentación es esencial en esa zona", valoró Fernández.

Un edificio de 5.000 metros cuadrados para "la manzana de la innovación"

El edificio del IPLA en La Corredoria está llamado a completar "la manzana de la innovación" que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) está montando en el barrio ovetense. La nueva sede del instituto lácteo será vecina, puerta con puerta, del Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (Incar). Su apertura supondrá un empujón más para la ya conocida como "milla de la bata blanca", el polo biosanitario integrado por el HUCA, organismos como la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria de Asturias (FINBA), el ISPA o el propio Incar, que suman más de 1.400 trabajadores. El camino para crear este edificio de tres alturas más sótano no ha sido sencillo. Los problemas de desabastecimiento de materiales y la escalada de precios fueron algunas de las piedras en su camino. En total, contará con 5.000 metros cuadrados de superficie útil. La planta subterránea está pensada para almacenaje y cuestiones logísticas. En la planta baja, se habilitarán la recepción y unas dependencias de uso exclusivo para trabajadores, mientras que las dos plantas en altura albergarán los laboratorios y los despachos destinados a la función investigadora. Además, dos patios interiores servirán para mejorar la iluminación del centro y su eficiencia energética.

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