Lilian Tintori | Activista venezolana y protagonista del libro «Nos quieren muertos», presentado en Oviedo

"El que no esté en contra de Nicolás Maduro es cómplice de su dictadura"

"Mi marido, Leopoldo López, entregó cuerpo y alma en una celda para mostrar lo que le hacen a los presos; era un líder y tuvo un juicio amañado"

Lilian Tintori y el escritor Javier Moro posan con un ejemplar de "Nos quieren muertos"

Lilian Tintori y el escritor Javier Moro posan con un ejemplar de "Nos quieren muertos" / David Cabo

Oriol López

El político y opositor al régimen chavista Leopoldo López adquirió un estatus de líder en Venezuela, "de héroe", al plantar cara primero a Hugo Chávez y después a Nicolás Maduro. López fue acusado de ser responsable de la muerte de unos manifestantes abatidos a tiros por las autoridades venezolanas en las protestas de febrero de 2014 contra Maduro: se entregó y fue condenado a 14 años de prisión en "un juicio amañado". Su mujer, Lilian Tintori (Caracas, 1978), se convirtió a partir de aquel momento en una activista que tuvo en jaque al gobierno bolivariano y que recorrió el globo luchando por la libertad de su esposo y de todos sus compatriotas. La caraqueña visitó ayer Oviedo para acompañar al escritor Javier Moro en la presentación de "Nos quieren muertos" , la novela de no ficción que narra la historia de los abusos que su familia sufrió durante más de una década por el gobierno venezolano.

–¿Cómo recuerda la Venezuela anterior al chavismo?

Recuerdo un país bello, con la gente feliz y sonriente. Soy maratoniana y entrenando recorría toda Caracas sola, libre, sin ningún peligro. Volvía por la noche y no pasaba nada, era un país que funcionaba. Se podía vivir, trabajar, emprender. Todo cambió muy rápido, en cinco años fue impresionante. Las calles ya no eran seguras, no alcanzaba el dinero del trabajo... Llegó la crisis económica y humanitaria. Yo recuerdo ser libre en mi país y ahora es una dictadura.

–¿Y la comparación con la de hoy en día?

Está triste y con miedo porque la dictadura lo implementa. Usa la fuerza del poder y la violencia para ello. Hay 280 presos políticos a los que torturan, no hay libertad de expresión. Los pocos medios que quedan están controlados por Maduro, que define la línea editorial. En 2022 es cuando más medios de comunicación se cerraron en Venezuela, también páginas web donde se contaba la verdad. Hay un contraste muy fuerte entre ser una persona libre en tu país y pasar a ser otra, una activista que se dedica a denunciar las injusticias. El que no este en contra de Maduro es cómplice de su dictadura.

–En 2014 Leopoldo fue condenado a 14 años de cárcel acusado de ser responsable de las muertes de las manifestaciones contra el gobierno de Maduro. ¿Cómo fueron esos momentos?

Él era un líder que llamaba a protestar para luchar por nuestros derechos y le montaron un juicio amañado, donde le condenan sin pruebas y con testigos falsos. Le aíslan en una celda en una cárcel militar, Ramo Verde. Allí la tortura es quitar y dar, hasta que le quitaron todo y se quedó sin siquiera una vela.

–¿Consiguieron lo contrario a lo que pretendían al condenarlo?

Él siempre dice que todo lo que hemos hecho vale la pena para que el mundo se de cuenta de que Venezuela es una dictadura. Entregó su cuerpo y su alma dentro de una celda para manifestar lo que le hacen a los presos. Es un Mandela de Latinoamérica. Cuando logramos, gracias a la presión internacional, que lo trasladasen a casa convirtieron nuestro hogar en una cárcel, rodeándola con policías encapuchados y armados hasta los dientes.

–¿Cómo se comportaban?

Entraban cuando querían a la casa, con cámaras y armas, incluso cuando estaba amamantando a mi hija bebé. El 30 de abril de 2019 Guaidó y un grupo de militares liberan a Leopoldo en el día del levantamiento contra Maduro. Nos dieron asilo en la embajada de España con nuestra hija y después de 30 días huyo de Venezuela. Nunca más pudimos entrar en nuestra casa, la allanaron, robaron, la destruyeron y aún la controlan.

–Su huída fue un drama, escapando a nado hacia una embarcación agarrando a su hija.

No quería que nadie me viera, rezaba para meterme en una burbuja invisible y Dios lo hizo posible porque nadie me vio. Conseguí llegar a Bonaire, luego a Miami y después a Madrid. Desde entonces estoy tranquila, he sanado muchas heridas y el libro fue parte del proceso. Aquí se cuenta nuestra historia pero es la misma que tienen ocho millones de venezolanos exiliados, que estamos fuera porque la dictadura de Maduro ha destruido el país.

–En su lucha por la libertad de su marido tuvo una agenda llena de encuentros internacionales. ¿Qué puede contar de los líderes que la atendieron?

Rajoy me abrió las puertas del mundo. Fue muy valiente al recibirme. Automáticamente nos llamaron de México y nos recibió el presidente. También Aznar y Felipe González, que se convirtió en abogado internacional de Leopoldo y fue un mentor político para nosotros. Biden, Hollande, Trump...Me he reunido con casi todos.

–Tenemos entendido que el Papa les defraudó.

Somos muy católicos y cuando conocí al Papa estaba muy ilusionada pero pasaban los meses y no hacía nada, cosa que aún reclamo. Hice una protesta en el Vaticano con Mitzy Capriles, esposa del alcalde de Caracas, Antonio Ledesma; y Antonieta López, madre de Leopoldo. Nos encadenamos allí cuatro días y lo volvería a hacer mañana. No pueden ser cómplices de la pobreza, la destrucción y violencia que hay en Venezuela.

–¿Cuál cree que es el futuro de Venezuela a corto plazo?

Sé que habrá un cambio, que el día llegará. ¿Por qué? Es muy grave lo que ha pasado en Venezuela. Violaciones los Derechos Humanos, Maduro tiene al país aislado y destruido... Los venezolanos en el extrajero alzan la voz porque quieren volver y que se haga justicia.

–¿Qué me puede contar sobre el World Liberty Congress, cofundado por su marido?

Cuando escapa de Venezuela, cosa que nunca quiso hacer, pensó en cómo podía seguir luchando por la libertad y creó una alianza con otros líderes como Masih Alinejad, de Irán; y Garry Kasparov, de Rusia. Comenzó en Lituania el año pasado, el segundo será este año y se hará la gran asamblea porque ya están constituidos a nivel global y hay lideres de todo el mundo que luchan contra las autocracias.

–¿Qué ha aprendido tras superar todas estas vicisitudes?

Ha sido duro para mi familia y para mí, como mujer, pero me emociona mucho tener a mi lado a alguien como mi marido, que tiene un propósito muy claro en la vida, que es el cambio y la libertad. Otra lección es que no hay que quejarse, hay que hacer; no esperar que hagan otros. Y seguir constantes con nuestro camino que es lograr la libertad.

"Encontrar a un héroe como Leopoldo no ocurre todos los días", relata el escritor Javier Moro

"La oportunidad de contar su historia para mi era importante, encontrar a un héroe no ocurre todos los días. Pero, además, descubrí a Lilian cuya transformación dramática es espectacular. De ama de casa a activista global; de deportista a símbolo de la oposición". Con estas palabras describe Javier Moro, autor de "Nos quieren muertos" que presentó el libro en Oviedo, a la pareja protagonista de su obra. Moro ensalza no solo a Leopoldo López, sino también a su esposa: "Felipe Gonzalez le dijo el otro dia ‘cuando te conocí no sabias nada de política y ahora eres un animal político’. Para el autor su libro "no es político" sino que es "la historia de una familia que se enfrenta a un monstruo que quiere eliminarla". "Yo no digo quienes son los buenos y quienes son los malos, eso se ve. Es una historia de amor, de superación personal y de resistencia. Y de cómo una presión enorme puede sacar lo mejor del ser humano", relata Moro, que añade que tiene un "final feliz" porque "lo raro es que sobreviviesen y estén ahora en España". "Maduro podrá prohibir la importación del libro pero jamás la verdad que se ha escrito", concluye.