Los proyectos que marcan el futuro de Oviedo: viejo hospital, el puzle imposible que rompe la cabeza del Cristo

El Principado trata de salvar las piezas del plan de regeneración urbana de la ciudad sanitaria con la ayuda de la Seguridad Social y el objetivo de impulsar un gran campus

Viejo Huca

Viejo Huca

Chus Neira

Chus Neira

LA NUEVA ESPAÑA presentó hace unas semanas, en un amplio reportaje, los cuatro ámbitos claves en el futuro del rediseño de la ciudad: el viejo HUCA, la fábrica de La Vega, la fábrica de gas y la plaza de toros. La serie prosigue ahora con unas entregas que irán poniendo el foco en el detalle de cada una de estas parcelas, explicando sus fortalezas y debilidades, y que hoy arranca con el coso de Buenavista.

De las cuatro piezas clave para diseñar el futuro de Oviedo (la plaza de toros, la Fábrica de Gas, la Vega y el viejo HUCA) es ésta última la que presenta, a día de hoy, un recorrido más incierto. Y no debería, porque solo tres años todas las administraciones con suelo en este ámbito y con competencias urbanísticas tenían claro lo que había que hacer e incluso contaban con un plan especial para ejecutarlo. Pero las piezas del viejo hospital, que parecían un puzle casi imposible de resolver, saltaron por los aires cuando el milagro de lograr coordinar todos los intereses estaba a punto de lograrse.

Ese puñetazo lo dieron desde Madrid el Ministerio del Interior y la Tesorería de la Seguridad Social. El primero dijo que lo relativo a la comisaría de policía, cuyos terrenos se iban a incorporar al desarrollo del nuevo ámbito al tiempo que se les construía otro edificio, había que descartarlo. Preferían rehabilitar su edificio de Buenavista. Nada más. La Tesorería de la Seguridad Social puso un impedimento más difícil de salvar, los aprovechamientos que les concedía el acuerdo de permuta firmado con el Principado allá por 2006, siendo presidente Vicente Álvarez Areces, no les ofrecía ahora el rédito suficiente como para deshacerse de aquellos edificios.

Al cambiar el tamaño de la parcela, dejando fuera la comisaría, y los aprovechamientos, las cuentas sobre las que se había construido toda la operación quedaban reducidas a un borrón y ya ninguna tramitación era posible. Aquel plan del Cristo se quedó a las puertas de una aprobación inicial en el Pleno.

Era mayo de 2022 cuando la Administración local dio por fracasado el proyecto. El gobierno regional, principal propietario del suelo, tuvo entonces que recoger los restos del fracaso, y decidió recorrer el sentido inverso. Si empezar la casa por los cimientos había acabado con una estrepitoso fracaso tras un largo estudio del planeamiento, ahora el ejecutivo regional parece decidido a ponerse en marcha antes de demostrar nada. Primero, el tejado.

Esa es, al menos, la dirección que parece que ha tomado el futuro del ámbito. El presidente regional, Adrián Barbón, fue el primero en anunciar, en septiembre de 2022, que tenía un nuevo plan para resolver el problema del Cristo y de la ciudad de la justicia de un solo golpe. Llevaría las facultades de Llamaquique a los edificios de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) en el Cristo y reunificaría sedes judiciales donde antes estaban las facultades. El Rector Villaverde aceptó el plan después de haber rechazado el guion que estaba escrito en el anterior, y que pasaba por la construcción de nuevos edificios. La justificación era que la Universidad no podía esperar al desarrollo del ámbito pero sí a ocupar edificios ya construidos. El razonamiento obvia, no obstante, la dificultad que la institución académica tendrá para convertir en facultades tres inmuebles (maternidad, consultas externas y silicosis) que el informe realizado para el anterior plan descartaba ya para estos usos. Si esos edificios requieren tanto esfuerzo para poder mudar allí aularios y departamentos, quizá al final resultaría más sencillo la opción de las nuevas construcciones.

De momento, la Universidad sigue en esa clave. Una modificación legislativa favoreció la posibilidad de que la TSS se desprenda temporalmente de su patrimonio, y así lo ha pedido la Universidad de Oviedo sin que se tenga todavía una respuesta cierta. También ha lanzado una licitación para tener un estudio de viabilidad.

Por otra parte, el Principado ha tratado de acelerar lo que está en su mano, a pesar de que todavía no hay ninguna modificación de planeamiento encima de la mesa. La consejería de Hacienda está a punto de poner en marcha la licitación del plan de derribos, que afectará al Hospital General y los edificios anexos. Lo hacen con un proyecto con muchas exigencias que retrasará los trabajos a finales de año. Mientras, la consejería de Ciencia quiere recuperar el edificio de los "hongos" para un proyecto innovador y Ordenación del territorio tiene que dar forma al conjunto y sentarse con el Ayuntamiento. Queda por ver quién asume la dirección política de toda la operación más allá de las tres consejerías involucradas. Y si, como en el caso de LaVega, la responsabilidad recae en la vicepresidenta Gimena Llamedo.

Suscríbete para seguir leyendo