El "póker" de proyectos con el que Oviedo se juega su futuro: las claves de una cuádruple apuesta urbanística

Los ámbitos de desarrollo de la fábrica de armas y el viejo hospital, junto a la recuperación del coso de Buenavista y de las instalaciones de la Fábrica de Gas, son los grandes retos que prometen transformar la ciudad al este y al oeste

Oviedo

Oviedo

Chus Neira

Chus Neira

Oviedo lleva en la mano un póker para jugarse su futuro a medio y largo plazo. Dos grandes áreas de desarrollo acompañadas de sendos ámbitos mucho más reducidos conforman, al este y al oeste de la ciudad, los grandes retos para ordenar el diseño de su futuro.

A un lado, la regeneración de la parcela del viejo hospital se completa con la rehabilitación de la plaza de toros de Buenavista. Al otro, la integración de la fábrica de La Vega en la ciudad y su conversión en polo empresarial, ciudad de la cultura y zona residencial tiene, a pocos metros de distancia, un posible campo de pruebas en la Fábrica de Gas. Estas cuatro cartas, que suman unos 260.000 metros cuadrados y casi triplican la superficie del campo San Francisco, no son, en realidad, nuevas en la baraja local. Al revés, todas ellas incluyen viejas construcciones, algunas con más de un siglo de historia y un importante valor patrimonial, y, además, los planes para su recuperación tampoco son una novedad. Los cuatro proyectos arrastran, de hecho, la maldición de llevar demasiado tiempo postergados, enquistados en medio de la ciudad durante los últimos diez, veinte y hasta casi cuarenta años. Los cuatro casos han visto ponerse en marcha planes para su recuperación y también los han visto fracasar. Ahora vuelven a tener una oportunidad de jugar bien sus bazas, salir del letargo y convertirse en un área de transformación que tire del resto de la ciudad. Pero tampoco tienen el camino despejado. La complejidad de la tramitación administrativa, la falta de acuerdo político, o la ausencia de ideas y objetivos concretos amenazan sus planes.

Fábrica de La Vega

Fábrica de La Vega / LNE

La Vega

De las cuatro operaciones cruciales para el futuro de Oviedo, la de La Vega parece hoy la más compleja, aunque no la más retrasada. Es el ámbito de mayor tamaño, 120.000 metros cuadrados, pero el consenso al que han llegado las tres administraciones local, regional y nacional parece que garantiza su integración en la ciudad y despeja dudas. La fábrica de armas, con una historia de siglos, aunque la mayor parte de ellos bajo la forma original del convento de Santa María de la Vega, cerró sus puertas hace 11 años, aunque mucho antes ya se habían planteado otros proyectos para esta zona con el desalojo de la factoría a terrenos industriales fuera del perímetro urbano. En su última andadura, La Vega ha estado cerrada a diario y abierta para distintas actividades culturales. La primera vez fue en 2014, en la segunda Noche Blanca de Oviedo, con un concierto audiovisual de electrónica en la nave M1 y con una acción performativa del escultor Tadanori Yamaguchi en el claustro. Después, la Fundación Princesa de Asturias la convirtió en su segunda casa, al tiempo que otras programaciones municipales, como el ciclo LINK dedicado a explorar el lenguaje de la realidad virtual y el arte digital, la han utilizan de forma habitual. En paralelo, sucesivos gobiernos municipales han tratado de negociar con Defensa que las naves volvieran a manos de la ciudad.

El equipo de gobierno de Canteli es el que más cerca está de lograrlo. La clave del éxito de la operación fue involucrar al Principado y arrancar un protocolo de intenciones en Madrid que se firmó en 2022. Ese documento, por el que la mayor parte de las naves pasan a manos municipales y la edificabilidad se la queda Defensa, tendría que haberse convertido en un convenio urbanístico el año pasado, pero por el medio hubo unas elecciones y algunas modificaciones. La más importante es que el gobierno de Pedro Sánchez incluyó la fábrica en el listado de propiedades de Defensa que Sepes, el organismo público del suelo, convertirá en viviendas asequibles para jóvenes. Respecto al convenio, eso quiere decir que no será Defensa, sino Vivienda, el departamento del gobierno central que se encargue, al final, de construir los pisos que financian la operación

Las dudas de si Sepes o Defensa debían protagonizar la firma retrasaron aún más el convenio, que se aprobó a finales de año de forma inicial, con el respaldo de PSOE e IU; y ahora está en trámite de información pública. A la transformación le queda un mundo, porque el Ayuntamiento tendrá que armar un plan especial y modificar el Plan General. Los puntos más críticosdel plan son la introducción de una carretera por dentro de la fábrica, con la que el PP pretende alejar el tráfico de Santullano pero en la que otros grupos como el PSOE local ven un atentado contra la unidad del conjunto arquitectónico y el número de viviendas que se construirán finalmente (si 1.000, como está previsto, o si la mitad, como pide el PSOE local). Queda por ver también si las catas arqueológicos encuentran algún vestigio del posible conjunto palatino de Alfonso II, que habría estado ubicado en ese lugar, y obligan a modificar el proyecto o cómo se van articulando otros planes para las naves, como la instalación de una bioincubadora por parte del Principado en la nave de cañones, que la administración regional se ha comprometido a adquirir.

Zonas de Oviedo

Antiguo HUCA y plaza de toros. / LNE

El viejo HUCA

Los terrenos del viejo hospital son, de los cuatro grandes retos de Oviedo, el más complejo y el que más dificultades plantea, aunque hubiera sido, hace solo dos años, el que más posiciones había avanzado. En 2022, cuando los terrenos del Cristo estaban a punto de iniciar su transformación y el documento de prioridades del Plan del Cristo estaba listo para su aprobación en el Pleno, dando paso al inicio de las siguientes modificaciones urbanísticas, las pretensiones que los distintos propietarios tenían sobre sus terrenos obligaron a desechar el proyecto. Tanto el Ministerio del Interior, con la comisaría de la Policía Nacional, como la Tesorería de la Seguridad Social, dueña de los edificios de Maternidad, Consultas Externas, Silicosis y la Residencia, rechazaron las compensaciones que les ofrecía el acuerdo. En el primer caso, la Policía Nacional tenía sus propios planes de reforma del edificio y no pretendía, como señalaba el plan, construir otra sede en otro lugar. En el segundo, el acuerdo de permuta que había firmado con el Principado, en 2006, siendo presidente Vicente Álvarez Areces, no ofrecía ahora los suficiente como para deshacerse de los edificios. Esa negativa obligó al Principado, principal propietario e impulsor del proyecto, a empezar de cero. De nada había servido una transformación iniciada con la firma de aquella permuta y acelerada desde junio de 2014, cuando culminó el proceso de traslado del hospital al nuevo HUCA, en La Cadellada. Al año siguiente se anunció un concurso internacional de ideas, al que se acompañó de detallados informes sobre el estado de los edificios y voluntades de los distintos propietarios. Con esas guías, el proyecto "HUCAMP, la campa de todos" de los arquitectos Juan Tur, Alexandra Delgado y el asturiano Daniel Cortizo, ganó la convocatoria y se puso manos a la obra. Hubo procesos de participación ciudadana y hasta un programa del "mientras tanto", para discurrir cómo reutilizar en precario algunos inmuebles mientras se transformaba el ámbito. El proyecto planteaba una gran zona verde, con viviendas, con la extensión del campus universitario como eje. Con ese objetivo estaba prevista la construcción de edificios para facultades, bibliotecas y laboratorios, mientras que las construcciones que podrían resistir el paso del tiempo se reciclaban para otros usos dotacionales (residencias, centros sociales…).

Con ese plan totalmente fracasado y el contrato de HUCAMP resuelto, el escenario actual para el Cristo resulta algo desconcertante. El Principado anunció primero que actuaría en solitario en sus propiedades, con la demolición del edificio del Hospital General y la rehabilitación de "Los hongos" de consultas externas. El presidente Barbón propuso entonces una nueva solución, con la vieja idea de reunificar edificios universitarios y juzgados: llevaría las facultades de Llamaquique a los edificios de la Seguridad Social y en el lugar que dejaban crearía la Ciudad de la Justicia. Una reforma legislativa sirvió para allanar el camino a la propuesta. La Tesorería de la Seguridad Social puede ahora ceder sin tantos problemas sus edificios a otras administraciones. Por ahora la Universidad está tratando de licitar el plan de rehabilitación de esos edificios (el proceso está parado por reclamaciones de otros concursantes), ha hecho la petición de cesión y en Madrid estudian la respuesta. Además, el Principado está a punto de contratar la demolición del Hospital, pero todavía no ha dado forma jurídica cierta a este proceso ni ha sentado a la mesa al Ayuntamiento para analizar qué tipo de modificaciones urbanísticas exigirá. Si el primer plan tenía el consenso de todos, era el resultado de un estudio profundo del ámbito y de un concurso internacional, y si se anuló por los límites legales que impedían a la Tesorería desprenderse sin más de su patrimonio (una situación que ahora ha cambiado) los nuevos pasos parecen, al revés, un intento desordenado de empezar a transformar el ámbito sin tener clara una dirección.

La plaza de toros

El ámbito del viejo hospital se ha hecho más pequeño tras el fracaso del primer plan. Ya no se cuenta con la Comisaría de la Policía Nacional. Pero tampoco con la plaza de toros. Una de las primeras peticiones que hizo Oviedo cuando se sentó por primera vez a discutir el desarrollo del ámbito, todavía con el primer plan en marcha, fue poder desgajar la plaza, de su propiedad, del resto de inmuebles. La teoría decía que así podría operar por su cuenta sin esperar a las otras administraciones. Al final, ni el viejo HUCA ni la plaza de toros han experimentado cambios desde aquel momento, salvo alguna poda bienal a la jungla en que se ha convertido el coso de Buenavista.

La plaza de toros cerró de forma definitiva en 2007, con declaración de ruina. Quince años más tarde, el Ayuntamiento está a la espera de contratar un anteproyecto que indique el plan para rehabilitar el edificio y convertirlo en un recinto de usos múltiples con una cubierta retráctil y capacidad para 5.000 espectadores.

No es la primera vez que Oviedo intenta volver a dar vida a este edificio. Con Agustín Iglesias Caunedo en la alcaldía se contrató un plan director al arquitecto Nacho Ruiz Allen. El diseño que realizó, por fases, recibió el informe desfavorable de la Comisión de Patrimonio del Principado de Asturias y evidenció el problema principal al que se enfrenta el inmueble. Obra del arquitecto municipal Juan Miguel de la Guardia, inaugurada en 1889, la plaza de toros sufrió incendios, destrucciones, perdió su altura original y sobrevivió más mal que bien al paso del tiempo, con otras declaraciones de ruina anteriores. Su declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) ha sido en este caso una especie de condena, pues obliga a mantener inmutables una serie de elementos estructurales que, por otra parte, no cumplen la normativa actual de seguridad en los accesos a los espectáculos.

Durante el primer mandato de Canteli, el área de Patrimonio del Principado ya alertó de que sería difícil llegar al aforo que pretendía el Ayuntamiento. Posteriores conversaciones, según explicó varias veces el gobierno local, parece que han permitido llegar a ciertos acuerdos para recuperar la plaza, aunque la solución definitiva tendrá que venir de la mano de quien redacte ese anteproyecto. La licitación también ha tenido complicaciones, con las sucesivas expulsiones de candidatos por no cumplir alguno de los requisitos. Cuatro empresas se presentaron y solo ha quedado una: el estudio del arquitecto Jesús Arango que ha sido propuesto para adjudicación. En las próximas semanas se espera que le concedan el trabajo y en el Ayuntamiento calculan que las obras podrían comenzar a finales de 2025.

Fábrica de gas

Fábrica de gas / LNE

Fábrica de Gas

Si la transformación de La Vega es difícil, a pocos metros de allí la Fábrica de Gas es una ocasión para ensayar una transformación a escala, aunque los titulares de los terrenos son de otra naturaleza y las intenciones también. Pero la Fábrica de Gas, como La Vega, también es una pequeña ciudad dentro de la ciudad. En este caso es un barrio dentro de otro barrio, que es el Antiguo. Delimitada por las calles Paraíso, Azcárraga y Postigo, la parcela está sin actividad desde 1985, aunque cuenta con un plan especial nunca desarrollado de 2012, obra del arquitecto César Portela para el dueño de los terrenos, EDP. Lo que la compañía energética podría haber hecho en esa parcela, que había sido de su propiedad, eran pisos. El documento deja también los edificios de oficinas de la entrada para el Ayuntamiento, sugiere respetar el gasómetro y poco más. EDP no llegó nunca a desarrollar el plan ni tampoco inició la descontaminación del terreno, como le urge, desde hace más de dos años el Principado. Enclavado en medio del Antiguo y con la capacidad para ser la pieza que impulse la reconversión de todo el entorno, el anterior equipo de gobierno tripartito pretendió comprarlo y anunció que había llegado a un acuerdo con la empresa energética por 4,5 millones de euros. Había un correo electrónico confirmando la propuesta pero nunca se llegó a ejecutar. Ya con Canteli en el gobierno, un fondo de inversión especializado en la regeneración de espacios industriales muy contaminados, Ginkgo, llegó a un acuerdo con EDP y compró la fábrica en octubre de 2022. Después negoció la incorporación de unos terrenos anexos para que el ámbito fuera mayor y poder, así, aumentar la edificabilidad inicial. Contrataron al arquitecto Patxi Mangado, que ese está encargando del diseño. El nuevo planteamiento respeta nuevos edificios, como la nave de la popular ovetense, pero condena a otros que se salvaban antes. Como paso previo a las obras, el inicio de los trabajos de demolición, a los que seguirán los de descontaminación, tiene ya licencia municipal a la espera de que depositen una serie de avales.

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