Ana, Paco y Waldo, eternos profetas en su "querido Oviedo Antiguo" (y esta es la razón)

Oviedo Redondo reconoce a dos hosteleros y una comerciante históricos tras su jubilación: "Fueron luz para el barrio"

Por la izquierda, Waldo Valbuena, Ana Bermejo y Paco Álvarez, en la biblioteca del Fontán. | Irma Collín

Por la izquierda, Waldo Valbuena, Ana Bermejo y Paco Álvarez, en la biblioteca del Fontán. | Irma Collín / Víctor Delgado

Tres establecimientos, tres longevas trayectorias que han tocado a su fin y el reconocimiento eterno de todo un barrio. Ana Bermejo, Paco Álvarez y Waldo Valbuena recibieron este viernes un homenaje de la mano de la Asociación Vecinal Oviedo Redondo, premio a la dedicación en el comercio y la hostelería del Antiguo. Para ellos "su querido Antiguo". Sus vecinos que fueron clientes y se convirtieron con los años en amigos llenaron el salón de actos de la biblioteca del Fontán, en un acto donde también hubo una nutrida representación municipal de todos los colores políticos. "Fueron luz para el barrio en momentos de oscuridad", coincidieron los miembros de la asociación.

El público congregado para presenciar el homenaje. | Irma Collín

El público congregado para presenciar el homenaje. / Irma Collín

Antes de dar paso a los homenajeados, Carmen Suárez, de la asociación, leyó una particular carta de amor: una carta de amor al Oviedo Antiguo. "Estamos locos por nuestro barrio, especial y acogedor. Y comprar en el comercio de proximidad y consumir en la hostelería de la zona. Lugares que son mejores por gente como Ana, Paco y Waldo", expuso. Después, tomó la palabra Belén Suárez Prieto, otra integrante del colectivo, que introdujo a Ana Bermejo, jubilada recientemente de la Papelería San Antonio. "Detrás de una fachada que imponía por su carácter, había una excelente persona, que ayudaba a los demás, como cuando nos vendía libros de texto fuera de plazo", recalcó.

Bermejo tomó la palabra emocionada y relató sus andanzas con la papelería en el barrio, que vio pasar cuatro décadas. Fue testigo de los optimistas años ochenta, de la peatonalización del barrio, del bajón de los noventa, de la crisis del 2008 y hasta de una pandemia. "Mi trayectoria se define en tres palabras: cambio, adaptación y esfuerzo. Pero todo fue más fácil con el apoyo de los vecinos", dijo. Con su jubilación, atrás quedaron las rondas por el barrio repartiendo periódicos con el carrito antes de las 8 de la mañana. "Los fines de semana era una experiencia de riesgo. Podías hasta ligar", bromeó.

El presidente de la Asociación Oviedo Redondo, Manuel Almeida, fue el encargado de introducir a los otros dos premiados. Primero, a Paco Álvarez, hostelero del bar Chicote y más tarde a Waldo Valbuena, que regentó un local de ocio nocturno, La Barrina. "A cualquier hora, siempre hay un bar dispuesto a dar servicio. Son motor económico de nuestro barrio y están expuestos a los vaivenes de la economía. Lugares de alegrías y penas", resumió el presidente. Más que con su discurso, Paco Álvarez deleitó a los presentes con sus chistes: un clásico para aquellos que frecuentaron su bar desde que abriera en 1972.

Discurso de Carmen Suárez, de la Asociación Oviedo Redondo. | Irma Collín

Discurso de Carmen Suárez, de la Asociación Oviedo Redondo. / Irma Collín

"La emoción que siento en estos momentos es difícil de explicar. Mi familia luchó mucho para salir adelante", señaló el histórico hostelero. El último en coger el micrófono fue Waldo Valbuena, para los que lo conocen "un tipo singular y eternamente joven". En su discurso, también con mucho humor, tuvo un recuerdo para la Asociación de Bares de Copas de Oviedo y recalcó la importancia del ocio nocturno, "que se tiende a demonizar" como colectivo. "Estos establecimientos iluminaron un barrio que estaba sumido en las tinieblas", lanzó. Al final del acto, los tres homenajeados recibieron los vítores de sus vecinos y una placa con la siguiente frase: "Cuéntanos lo que has dicho y lo que has hecho. Háblanos de tu historia. La historia del Oviedo Antiguo".

En el encuentro tampoco faltaron las reivindicaciones vecinales en presencia de miembros de la corporación municipal. "No queremos un barrio hostil, queremos un lugar habitable. "Es imprescindible que Ayuntamiento y Principado fomenten la participación ciudadana y abandonen la tentación de traer un turismo agresivo, que nos convierta en una ciudad de cartón piedra", rezó el discurso inaugural.