La Sagrada Lanzada de los Estudiantes arrastra a la calle a cientos de personas

El Crucificado generó emoción y lágrimas en una procesión de más de cinco horas de duración

La procesión de la Sagrada Lanzada, en la calle Azcárraga.

La procesión de la Sagrada Lanzada, en la calle Azcárraga. / Irma Collín

El nuevo Crucificado ya desfila por Oviedo. La Cofradía de los Estudiantes estrenó, ayer por la tarde, su Semana Santa y brindó a la ciudad la imagen del Cristo de la Misericordia con la procesión de la Sagrada Lanzada. El trono salió de la parroquia de San Francisco Javier, en la Tenderina, y consiguió arrastrar a cientos de personas a las calles de la ciudad y que lo siguieron en comitiva. La procesión también consiguió despertar emoción y lágrimas entre los devotos a lo largo de sus más de cinco horas de duración.

"¡Señores, vamos a repartir un poco de Misericordia por Oviedo!". Con este grito de guerra los 24 costaleros del paso se echaron el trono sobre sus nucas y lo arrancaron del suelo de la carpa de la plaza de la parroquia. Una vez fuera, otros hermanos izaron la imagen y la dejaron lista para procesionar en compañía de la Agrupación Musical San Salvador. Los aledaños de la iglesia y la avenida de Torrelavega fueron un hervidero de gente que sacó en masa sus teléfonos móviles para inmortalizar el momento. Otros, los pañuelos. Lágrimas y ojos vidriosos se vieron por todas partes, fruto del fervor del momento.

La procesión arrancó con un buen ritmo, abriendo boca para el momento de lucimiento de los costaleros: la subida de la cuesta de Azcárraga. La cuadrilla supera esta etapa de la procesión sin hacer ninguna parada y a paso ordinario. El Cristo Crucificado regresó a la parroquia pasadas las diez de la noche.

Suscríbete para seguir leyendo