El TSJA ratifica la condena de 12 años de cárcel para los dos acusados de la "manada de Oviedo"

El tribunal desestima los recursos de los dos hombres procesados por violar a una menor, al considerar que el testimonio de la víctima es veraz

La calle Jesús, donde se produjo el suceso.

La calle Jesús, donde se produjo el suceso. / LNE

La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) ha desestimado los recursos de apelación presentados por los dos hombres que fueron condenados por la Audiencia Provincial a 12 años de prisión tras ser acusados de violar a una menor en un piso de la calle Jesús. Fue en el Antiguo, cuando la joven tenía 16 años y se encontraba con las facultades mermadas por la cantidad de alcohol que había consumido. La sentencia dictada en su día por la Audiencia absolvió a otros dos jóvenes que estaban acusados de un delito de exhibicionismo por haberse masturbado mientras sus amigos abusaban sexualmente de la chica.

Los recursos de los condenados de la "manada de Oviedo" apelaban a un error en la valoración de la prueba con infracción del principio de presunción de inocencia. A grandes rasgos, sus abogados alegan que los jueces dictaron sentencia dando por hecho la veracidad de la declaración de la víctima, que podría no corresponderse con la realidad de lo ocurrido. No les sirvió de nada. "La Sala del enjuiciamiento –la Audiencia Provincial– valora la declaración de la víctima de manera detallada y pormenorizada en su sentencia a lo largo de más de siete folios, concluyendo que se trata de un testimonio persistente y ajeno a motivación espuria alguna", recoge el fallo. Además, "el forense corrobora el grado de madurez de la víctima y señala que no hay riesgo de fabulación", añade.

Los hechos ocurrieron el 7 de agosto del 2020. Ese día, sobre las cinco de la tarde, la víctima, una menor tutelada por el Principado, se reunió con dos amigas que estaban en su misma situación en los Jardines de La Rodriga, donde estuvieron consumiendo alcohol. Cuando se encontraban en el parque, una de las jóvenes llamó por teléfono a su novio, uno de los dos condenados. Poco después, el joven se presentó allí acompañado por el otro acusado de violación. Tras estar un rato con las tres amigas, los condenados les preguntaron si querían acompañarlos a la casa de un tercero, situada en la calle Jesús, para seguir bebiendo alcohol. Ellas accedieron.

Al llegar al Antiguo, todos ellos tuvieron que esperar por el dueño del piso, que apareció con otro amigo más. Estuvieron allí bebiendo y fumando de una cachimba hasta que, llegada la noche, una de las tres chicas comenzó a sentirse incómoda y decidió irse. Otra estaba en una habitación con su novio, así que la víctima se quedó sola en el salón con tres de los procesados. En un momento dado, la menor también empezó a sentirse molesta "por el interés que percibía de los tres varones hacia ella", así que entró en la habitación en la que se encontraban su amiga y el novio para decirle que se iba y pedirle que la acompañara. En ese momento se produjo el ataque.

Encendió la luz y se echó sobre la cama, pero alguien apagó el interruptor. Ella se incorporó, pero recibió dos empujones y volvió a caer sobre la cama. Alguien a quien no pudo identificar trató de meterle un calcetín en la boca. A continuación, uno de los dos condenados le quitó los pantalones y la ropa interior. Tanto él como el novio de la otra joven la penetraron vaginalmente en varias ocasiones, alternándose. "Al principio ofreció resistencia física, en la que cesó al comprobar la inutilidad de sus esfuerzos", recoge la sentencia. Mientras sucedían estos hechos, los otros dos procesados se mantuvieron de pie en la puerta de la habitación, masturbándose.