La lápida que cuestiona la historia oficial de Santa María del Naranco se colocó en el siglo IX en homenaje al rey Ramiro, apunta la investigación

El material sobre el que estaba asentada la lápida votiva identificada en la iglesia prerrománica confirma su autenticidad

Las primeras investigaciones sobre el hallazgo que cuestiona la historia oficial de Santa María del Naranco apuntan a Ramiro I.

Las primeras investigaciones sobre el hallazgo que cuestiona la historia oficial de Santa María del Naranco apuntan a Ramiro I. / LNE

Chus Neira

Chus Neira

Las primeras investigaciones apuntan a lo más alto. La losa votiva que el Principado acaba de identificar en Santa María del Naranco, tal y como desveló hoy este periódico, sería un elemento en homenaje a Ramiro I que consagraría el templo al monarca asturiano y que vendría a corroborar la hipótesis de un monumento religioso frente a la tradicional de la residencia palatina.

La confirmación de que se trataba de una pieza original (hoy fragmentada), instalada en el monumento recién construido, a mediados del siglo IX, llega después de su extracción, en las escalinatas del templo. El análisis del tipo de mortero hallado debajo de la losa, es decir, el que se empleó para encastrarla en la entrada principal, indica que se trata de "opus signinum", el "hormigón romano", compuesto de piezas cerámicas machacadas y cal. Las primeras investigaciones apuntan a que con esa datación y ese lugar tan relevante que habría obligado a transportar una losa tan grande (unos dos metros en su aspecto original) hasta el Naranco solo podría tratarse del rey Ramiro, a quien se debe la construcción de los templos y el estilo "ramirense" dentro de la etapa prerrománica.

Conocida la noticia por la exclusiva publicada hoy por LA NUEVA ESPAÑA, el Principado ha convocado ya para la tarde de este lunes una comparecencia pública a pie de obra, con la consejera de Cultura, Política Llingüística y Deporte, Vanessa Gutiérrez, y el director general de Patrimonio Cultural, Pablo León. De esta visita se espera que pueda haber más anuncios relacionados con los hallazgos derivados del análisis de la losa, que ha sido retirada del vestíbulo y está siendo analizada dentro del templo. No se sabe todavía, por ejemplo, si hay rastros de alguna inscripción, aunque las primeras informaciones indican que no existiría ese tipo de rastro en los fragmentos conservados.

El bloque de piedra fragmentado -en la imagen de la derecha-, que ahora se ha identificado como una lápida votiva, pesa unos 600 kilos y se ha retirado de su ubicación original, en el vestíbulo del edificio. Su identificación como elemento sepulcral permite inferir un uso religioso, como capilla privada de Ramiro I, y no recreativo o residencial, como hasta ahora se pensaba.

El bloque de piedra fragmentado -en la imagen de la derecha-, que ahora se ha identificado como una lápida votiva, pesa unos 600 kilos y se ha retirado de su ubicación original, en el vestíbulo del edificio. Su identificación como elemento sepulcral permite inferir un uso religioso, como capilla privada de Ramiro I, y no recreativo o residencial, como hasta ahora se pensaba. / LNE

La importancia de esta lauda, una pieza que serviría de homenaje póstumo, pese a no tratarse de un sepulcro (Ramiro I descansaría en el panteón de la monarquía asturiana de la Catedral) sería la de refutar la hipótesis del uso primigenio del monumento como pabellón de caza y recreo, la versión más extendida y aceptada hasta la fecha. Por contra, un elemento de estas características apunta a otra tipología y otra funcionalidad. Fuentes conocedoras de los informes previos con los que cuenta el Principado desde hace algunos meses aseguran que la identificación permitiría concluir que Santa María era la capilla privada de Ramiro, un templo religioso, en todo caso, no residencial.

Detalle de la losa, ya retirada como se aprecia en la foto principal, a la derecha.

Detalle de la losa, ya retirada como se aprecia en la foto principal, a la derecha. / I. Collín

La tesis que pone en duda el conjunto palatino del Naranco es una de las aportaciones más destacadas que el arqueólogo César García de Castro, uno de los grandes especialistas en el Arte Prerrománico, ha venido realizando en los últimos años. Este nuevo descubrimiento, realizado en el contexto de una intervención para luchar contra las humedades del edificio, vendría a dar la razón a su planteamiento. García de Castro ha sido, de hecho, el arqueólogo al frente de este trabajo de reacondicionamiento del entorno de Santa María, dirigido en la parte arquitectónica por Ramón Villasana. Si bien el desmontaje de las piedras más deterioradas de la base del templo, añadidas en la intervención de Luis Menéndez Pidal, comenzaron en el pasado mes de octubre, el desmontaje de la losa votiva se había y su análisis se habría acometido hace unas pocas semanas. La intervención contra la humedad y la adecuación del entorno de Santa María del Naranco está finalizada después de algunos retrasos, pero el descubrimiento habría obligado a mantener el templo cerrado. Así lo han denunciado algunos visitantes, que no han podido acceder a su interior ni al de San Miguel de Lillo, cuya reapertura está prevista, ahora, para el mes de julio.

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