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javier blanco

Reunión en swing

El encuentro entre música y hórreos

El Festival de Jazz de Bueño está en el calendario anual de ciclos, festejos y demás asuntos estivales que tienen que ver con el ocio y, en este caso, el relax y el buen gusto. No es la filosofía del festival los grandes despliegues (aunque cada temporada se llena hasta la bandera), pero sí los grandes nombres, teniendo en cuenta el presupuesto que maneja. No en vano, entre los hórreos ya han sonado las notas del saxo de Pee Wee Ellis o Georgie Fame, uno de los reyes del Hammond, que celebró su cumpleaños en el festival. Hay un nexo de unión: ambos han sido miembros de la banda de Van Morrison. Y Pee Wee Ellis tiene otro enlace. Ni más ni menos que acompañó en un San Mateo a Ginger Baker, el ilustre y vehemente batería de los "Cream" (que no quería hablar de los "Cream"), el mismo que se sentó en la acera de la calle Jovellanos tras sacar una butaca del hotel para echar un pitu mientras preguntaba a su secretario quiénes eran los idiotas que lo esperaban para entrevistarle. Fue Pee Wee Ellis, con su sola presencia, el que dio paz. También estuvo en Bueño Blanchard y varios más. Es decir, un festival como muy familiar y, a la vez, con un toque de universalidad en sus programas. O sea, una cita para sentarse, comer el bocata, beber la cerveza y escuchar jazz de aquí y de allá. De hecho, hay gente que nunca faltó a la cita.

Este año se le dio una vuelta de tuerca al certamen con una novedad: la del homenaje a Nat King Cole a través de "Vicente Borland Cuarteto". Buena idea atendiendo a que Cole fue un "multiestilos" que abarcó, jazz y la música popular; que cantó en español, y que por ahí, por esa onda, aumentó su nómina de militantes con canciones como "Quizás, quizás, quizás" o "Ansiedad", que eran de esas piezas. Bueño evoca al cantante con el show "Kool and Cole".

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