Con frecuencia recomiendo en los colegios que los maestros vigilen las mañas de sus alumnos, especialmente si caen en la trampa de escribir, así se trate de relatos cortos; podría arruinarles la vida. También el montañismo hace estragos, aunque no caigan; Bernabé Aguirre confesó a este periódico haber subido 631 veces el Urriellu y reconoce que la montaña quema física y psicológicamente. ¿Cómo detectar si nuestros hijos sufren semejante adición? Que compren frutos secos a escondidas o se empeñen con prendas de la marca Patagonia, siendo peccata minuta, es un indicio; sabremos de qué pie cojean si descubrimos en su mesita de noche una guía de los Picos de Europa o, en casos agudos, de Marruecos, y ya uno se viene abajo cuando juran que pasaron el domingo en Gascona, bebiendo sidra, pero los descubrimos en Facebook comiendo dátiles a la hora del vermú en la cumbre de Peña Mea.
La mar de Oviedo