Entrevista | Juan Antonio Moreno-Luque Magistrado, autor de "La decisión de Pilato"

"El juicio de Pilato a Cristo fue el primero influido por las masas"

"En el libro aglutino dos grandes pasiones: el amor por Jesús y el estudio del Derecho, herramientas que hacen el mundo mejor"

Juan Antonio Moreno-Luque, con su libro. | E.S.E.

Juan Antonio Moreno-Luque, con su libro. | E.S.E. / Elena San Emeterio

Juan Antonio Moreno–Luque es el presidente de la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso–Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC). Aunque ejerce su profesión en las islas, es ovetense de nacimiento. Cursó estudios de bachiller en el colegio San Ignacio, se licenció en Derecho por la Universidad de Oviedo y en el año 1987 accedió por oposición a la carrera judicial, ocupación en la que invierte parte de su tiempo desde entonces. Apasionado del Derecho y ferviente estudioso de los textos sagrados, también cursó estudios de Teología y es miembro del Centro Español de Sindonología. Dos intereses que compagina en el libro "La decisión de Pilato", del que es autor. El título se publicó por primera vez en el año 2012. A día de hoy sigue a la venta su tercera edición.

–¿Qué le motivó a escribir el libro?

–Bueno, la motivación brota desde dos puntos. Por una parte, mi fe cristiana, que es la balsa que me mantiene a flote, le da sentido a mi vida y me hace ser feliz. Por la otra, mis conocimientos sobre el Derecho, una materia a la que estoy profundamente ligado desde la juventud y a través de la cual intento hacer del mundo un lugar mejor para todos. Una vez surgió el germen de la idea no pude frenarla, aunque para ser sincero tampoco quise (ríe) y finalmente desembocó en el libro "La decisión de Pilato" que ya está publicado.

–¿Por qué abordó específicamente el juicio de Pilato y no el de Adán y Eva, por ejemplo, que terminó con su expulsión del paraíso?

–Es muy simple, porque mi especialidad es el Derecho Contenciso-Administrativo y la particularidad que tiene el juicio de Poncio Pilato, o Poncius Pilatus que es su nombre en latín, sin traducir, y no Poncio Pilatos como mucha gente piensa, es ser el primer juicio registrado de la historia en el que la decisión final tomada por el juez, o la figura de autoridad que hacía las veces en el momento, estuvo influenciada por la masa, en este caso el pueblo judío. Un aspecto a mi parecer muy interesante, ya que Pilato se enfrentó a una decisión crucial. Él consideraba ya cumplida la condena a muerte de Cristo, porque por aquel entonces las penas con un elevado número de latigazos, que ya había sufrido previamente, prácticamente siempre terminaban con la defunción del reo. Jesús sobrevivió y el pueblo judío no estaba de acuerdo con ello, por lo que solicitaron a Pilato que lo condenara a crucifixión. Para conseguir que accediera acusaron al hijo de Dios de autoproclamarse rey, opacando el poder del César. Pilato quería mantener una buena relación con el gobierno de Roma y, sobre todo, no perder la cabeza, así que accedió a las demandas del pueblo judío a sabiendas de su inocencia. Una decisión que no tomó en solitario, sino que actuó como presidente de un tribunal. Todo ello suscita preguntas muy interesantes como; ¿Por qué no se quemó después el cadáver según indicaba la ley romana? o ¿Cómo fue posible conservar la Sábana Santa? Cuestiones que abordo en el libro.

–¿Cuál es el siguiente paso?

–Estaba pensando traducirlo al inglés, porque se venden muchos ejemplares en Estados Unidos y creo que en este idioma llegaría a más gente. El problema es que quiero hacerlo bien y eso es muy caro. Algunos me han dicho que invierta parte de las ganancias, pero de lo que genera el libro yo no me quedo nada. Al ser juez sólo puedo percibir beneficios de publicaciones puramente catalogadas como de Derecho. Me parece que el libro lo es, pero no ha pasado el corte. De todas formas no le doy mucha importancia, porque yo lo que quiero es que llegue a la gente, que informe, explique y haga pensar.

–¿Qué capta su interés estos días?

–Los Milagros de Garabandal. Hace poco entrevisté a un ingeniero que trabajó en la construcción de la capilla, un tipo nada creyente y que incluso fue excomulgado por la Iglesia. No obstante, a sus noventa y muchos años me llamó para que redactase lo que él vivió allí porque fue verdaderamente milagroso. Desde la aparición de la Virgen hasta el brote de un manantial que únicamente tuvo agua durante el tiempo que se necesitó para terminar de construir la capilla, una prueba más de la omnipresencia de Dios.

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