Con la llegada del verano, aparece también el tiempo seco, el aumento de la concentración del polen en el aire y la posible contaminación química en el agua, lo que provoca la aparición de las conjuntivitis irritativas, alérgicas y vírica, la más común de este verano.

El doctor Amhaz Hussein, oftalmólogo de la unidad de urgencias y trauma ocular en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, alerta del aumento de estos casos entre los pacientes de la clínica. "Más del 50 % de pacientes que tratamos en urgencias, presenta conjuntivitis vírica. Se trata de una epidemia muy elevada en Asturias este verano", explica el especialista. Por ello, recomienda extremar las precauciones, especialmente entre los niños y personas mayores, los grupos de mayor riesgo.

Las conjuntivitis víricas son causadas en su mayoría por adenovirus, que provocan grandes inflamaciones de párpados, córnea y conjuntiva, con dolor y sensibilidad a la luz. Los adenovirus suelen afectar a las vías respiratorias, por lo que muchas veces se asocian con adenopatía preauricular y faringitis. Otro virus causante de la conjuntivitis es el herpes, que provoca queratoconjuntivitis herpética.

Además del enrojecimiento ocular y la inflamación, entre los síntomas más frecuentes de esta patología se encuentran el picor, quemazón, lagrimeo y sensación de cuerpo extraño. "Cuando detectemos estos síntomas es importante acudir al oftalmólogo para iniciar el tratamiento, que dependerá del tipo y la gravedad de la conjuntivitis, pero que en la mayoría de los casos puede resolverse con un colirio", subraya el doctor.

Evitar el contagio

"Conviene reducir el tiempo de exposición al sol, lubricarse más los ojos, pues hay más sequedad ambiental, y lavarse bien las manos con jabón o antiséptico s antes de llevárnoslas a la cara y sobre todo en el caso de usar lentillas. La higiene es fundamental, tanto para nosotros, como para evitar contagios a los demás, pues la conjuntivitis vírica se propaga por contacto", apunta el doctor Hussein. También es importante no exponerse a alérgenos como el polen ni a los ambientes contaminados, así como no frotarse los ojos y utilizar gafas homologadas con filtro solar para rayos UV y también gafas de natación o buceo.

Otros tipos

Aunque la vírica es la más común este verano, también existen otros tipos de conjuntivitis, como son las bacterianas y las alérgicas. Las bacterianas son muy frecuentes en niños, igual que la vírica, pero también entre personas de edad avanzada. En este segundo caso suelen presentar sequedad ocular y alteraciones en las vías lagrimales. Por otro lado, cuando son los más pequeños quienes las sufren, puede ser debido a párpados ya inflamados, por contagio o la falta de higiene, es decir, por tener las manos sucias por estar jugando con arena, por ejemplo.

Por su parte, las alérgicas son muy frecuentes entre personas que presentan atopias cutáneas y otros síntomas alérgicos, como asma, rinitis o faringitis. Este tipo de conjuntivitis se caracteriza por presentar enrojecimiento ocular con picor y escozor, lagrimeo y fotofobia.