El Oviedo encajó la primera derrota de la temporada en el Carlos Tartiere en un encuentro en el que fue de más a menos. Los azules se adelantaron en el marcador por mediación de Borja Valle, pero los gerundenses remontaron con un gol de penalti de Granell, en el tramo final de la primera mitad, y otro de Mata en la segunda.

El Oviedo estuvo mejor que el Girona justamente hasta que consiguió adelantarse en el marcador. Pero a partir de ahí, coincidiendo además con la lesión de Borja Valle, el equipo se fue diluyendo. Perdió el control del partido. Nunca estuvo cómodo en el campo, ni con balón ni sin él, cometió excesivos errores, y vio cómo un Girona práctico y efectivo lograba remontar el marcador y llevarse los tres puntos del Tartiere.

La primera mitad fue igualada en juego y ocasiones. El Oviedo entró mejor en el encuentro y fue el primero que consiguió generar situaciones de peligro. Lo hizo por mediación de Susaeta en un lanzamiento de falta directo que rechazó con apuros Isaac Becerra. En la prolongación de la acción fue Linares el que remató, respondiendo de nuevo el guardameta gerudense con otra buena parada.

Los dos equipos querían el balón, pero por caminos diferentes. El Oviedo optó por las combinaciones, mientras que el Girona, era más vertical. Los catalanes, con una buena presión a la salida de la pelota de los azules, eran muy rápidos cuando lo recuperaban y, además, tenían profundidad. Lejeune tuvo la primera ocasión visitante (minuto 18) pero su remate de cabeza salió desviado. Seis minutos después fue Jairo el que avisó con un disparo desde fuera del área al que Esteban respondió con una buena intervención.

En pleno intercambio de ocasiones el Oviedo se iba a adelantar en el marcador en una nueva jugada de estrategia. Borja Valle se adelantó a Kiko Olivas y remató de cabeza a la red un saque de esquina botado por Susaeta en el minuto 27. Como consecuencia de un mal apoyo en esa jugada el centrocampista se tuvo que retirar del terreno de juego, siendo sustituido por Aguirre, con lo que Susaeta pasó a jugar inicialmente por el centro.

El gol no achicó al Girona. Todo lo contrario, los gerundenses se fueron con decisión a buscar la portería de un Esteban que tuvo que emplearse a fondo para desviar con acierto un lanzamiento de Lejeune desde fuera del área en el minuto 35. Sólo un minuto después el Girona logró el tanto del empate al transformar Granell un penalti señalado por una entrada de Susaeta a Mata.

Los azules no bajaron la intensidad, pero ya les costaba en exceso tener una posesión clara. Empezaron a mostrarse muy espesos y aunque no dispusieron de más ocasiones claras, si reclamaron un derribo sobre Aguirre en el lateral del área visitante.

En la segunda mitad el Oviedo era incapaz de dar fluidez a su juego ante un rival que cada vez que recuperaba el balón era muy vertical y daba siempre sensación de peligro. Lo demostró en el minuto 65 cuando Mata acertó a rematar a la red un centro raso desde la banda derecha de Javi Álamo, aunque poco antes un remate de Aguirre se estrelló en el poste de la portería del Girona

Quedaban 25 minutos por delante y Sergio Egea decidió dar entrada a Toché en lugar de Omgba buscando un mayor poder ofensivo. Además, los azules se iban a quedar en superioridad en el terreno de juego en los últimos dieciséis minutos al ser expulsado Alcaraz por doble amonestación. Una circunstancia de la que no sacaron provecho, ya que el Girona juntó más sus líneas, se defendió con orden y anuló todos los intentos ofensivos de los azules en un tramo final en el que los catalanes desperdiciaron dos claras ocasiones, ambas por mediación de Corías, mientras que Edu Bedia estrelló un balón en el poste de la portería de Becerra.