Que nadie espere encontrarse con un equipo rudo, con mucho juego directo y escasa técnica, eso hace tiempo que se acabó en Lezama. Ahora además del pedigrí del jugador vasco llevan asociadas altas dosis de clase, no hay más que ver como siguen saliendo jugadores cada año, de los que no nos suenan hasta que pasa un tiempo, y cuando ya nos aprendemos su nombre, resulta que llevan un montón de partidos en primera.
Cantera admirable, bien trabajada, y para muestra: el único filial en Segunda División, con una media de edad insultantemente joven, donde sólo hay un jugador de 23 años, y que esta semana no estará por lesión. Con varios de 18 años y unos cuantos internacionales sub 19.
Es lógico pensar que Real Oviedo y Bilbao Athletic tienen poco en común en lo que se refiere a objetivos, a pesar de ser dos recién ascendidos. Ya no son los mismos que en pretemporada, ambos han madurado en la categoría, y probablemente este partido nada tenga que ver con aquel del mes de agosto en Torrelavega.
El Bilbao Athletic utiliza un modelo de juego basado en un sistema clásico, 1-4-4-1-1 o 1-4-2-3-1, según se quiera ver. Busca el juego combinativo, pero con ese matiz del fútbol vasco, sin "dibujar" en exceso, donde destacan jugadores de mucha calidad como Unai López (18 años) o extremos típicos como Guarrotxena o Seguin. Sus centrales y sus medios centro son jugadores con buen manejo de balón, uno de los pivotes acostumbra a intercalarse en el centro de la defensa, para una salida más fluida. A partir de este movimiento buscan rápidamente los cambios de orientación, ya sean cortos o largos, para llegar con superioridad a las bandas y centrar. Si hay enganche por dentro en el último tercio de campo pasa por Unai López, que incluso se posiciona a veces, de forma curiosa pero efectiva, en la zona más alejada del juego, para acabar siendo quien reciba y busque desde ahí el desequilibrio de la defensa rival. Puede ser por su estilo, o porque así le gusta a su técnico, pero es de los equipos que más busca el centro al área desde los extremos de la categoría.
Sus laterales suben con descaro continuamente, y su línea de tres situada detrás del punta, además de calidad, tienen mucha movilidad y crean espacios en banda que son aprovechados por los mencionados laterales.
En punta de ataque suele estar Santamaría, delantero incansable, con mucho gol (la temporada anterior fue clave para conseguir el ascenso con 18 goles a sus 19 años). Bien es cierto que su potencial no es el juego aéreo posicional, como el de Adúriz, pero si el oportunismo y el olfato dentro del área.
En defensa, procuran no replegar demasiado, y como es evidente por su juventud, su punto más débil es la falta de oficio, que tratan de suplir con su dinamismo y con una presión más adelantada. Cuando defienden cerca de su portería acaban sufriendo, de ahí que el "Cuco" busque mantener las líneas más arriba siempre que puede. A pesar de su irregularidad en defensa, quizá su mayor lastre sea la falta de gol -es con seis tantos el equipo menos goleador de Segunda-, aunque por juego y ocasiones han merecido más puntos.
