Borja Valle sirve como perfecto ejemplo para resumir la situación del Oviedo. Su caso había llamado la atención por su adaptación sin estridencias a Segunda. Con Valle, igual que con el Oviedo, no hubo que esperar periodos de integración; desde el comienzo rindió con naturalidad. Pero en las últimas semanas se le había visto menos fluido, menos alegre. La crisis de identidad del equipo parecía afectar la confianza del berciano. Se le veía con menos chispa, con una marcha menos, y se sospechaba que podía tratarse de una cuestión anímica. Una sospecha que se ampliaba al equipo. Ante el Mirandés, Borja Valle recuperó su mejor versión. La celebración del tanto, el que establecía el 3-0, tuvo más de liberación que de alegría pura.

"Todos necesitábamos una victoria así", reconoce Valle sobre el celebrado 4-1 del sábado; "todos: jugadores, afición, club? Ése es el resumen. Llevábamos algunos partidos que no estábamos bien, sin ritmo de competición. No nos salían las cosas. Y nos reencontramos con un buen partido y un buen Oviedo". El berciano se incluye en la crítica: "Yo suelo ser muy crítico conmigo mismo. Y también realista. Era consciente de que no me estaban saliendo bien las cosas. El fútbol a veces es un estado de ánimo. En ocasiones no estás. El entrenador me dio confianza y yo no bajé los brazos. El sábado me sentí otra vez cómodo".

La temporada de Valle, al margen de los picos de forma de todo futbolista en una competición tan exigente, está siendo notable. Su primer vistazo a Segunda llegó con éxito, como si llevara jugando en la categoría toda su vida. Después llegó un viejo enemigo, las lesiones. Pero el berciano retomó después su idilio con la banda izquierda del ataque azul.

Sus números confirman su importancia en la trayectoria carbayona. Con seis tantos, el último el sábado, es la tercera opción ofensiva del Oviedo, por detrás de los 17 tantos de Toché y los 9 de Susaeta. También es la tercera vía en el remate: ha chutado en 36 ocasiones y solo es superado por los 80 intentos de Toché y los 47 de Susaeta.

Los problemas físicos también tienen su influencia en la estadística. A pesar de haber sido indiscutible en los esquemas de Egea y Generelo cuando ha estado sano, las molestias y lesiones dejan su participación en 1.895 minutos, después de 22 partidos como titular y 6 como suplente. Su trayectoria intermitente le aleja de la renovación automática por objetivos, por la que el berciano aumentaría otra temporada su vinculación si alcanzaba los 30 partidos en Liga disputando al menos 45 minutos.

El regreso de la mejor versión de Valle es una de las buenas noticias que deja la jornada, pero no la única. La victoria lanza al Oviedo en su conquista de un puesto de play-off. En una fecha con los habituales tropiezos entre los candidatos, el triunfo deja a los azules con un colchón de tres puntos sobre el séptimo. Con 12 puntos por disputarse, la ventaja es muy golosa. "Ese pequeño hueco que se ha abierto es importante porque da tranquilidad y te permite ser más ambicioso", menciona Valle que añade a las razones para creer el regreso del olfato goleador: "Hay días en los que igual no mereces ganar pero lo consigues gracias a la pegada. Aparece en los momentos claves. Ya sucedía algo así la temporada pasada".