El Carlos Tartiere no solo tiene esta tarde el reto de convertirse en una caldera, juntar a los máximos oviedistas posibles en sus gradas para impulsar al Oviedo hacia arriba. Hay otro reto que no se ve y que tiene su miga: si el Oviedo gana esta tarde al Getafe (18.00 horas) logrará encadenar cuatro victorias seguidas en casa por primera vez esta temporada.

La estadística suena fácil, pero nada más lejos de la realidad. Cuatro partidos con victorias en casa equivale a dos meses de competición ganando como local, un logro poco común en una categoría tan apretada como la Segunda División, donde cualquiera es capaz de pintarle la cara a cualquiera. De hecho, sólo hay un precedente igual desde el retorno del Oviedo al fútbol profesional. Fue la temporada pasada, con Sergio Egea en el banquillo azul. Entonces, el Oviedo logró encadenar cuatro triunfos en el Tartiere, desde la jornada 13 ante el Nástic de Tarragona (2-0) hasta la jornada 20 contra el Zaragoza (1-0) pasando por la jornada 16 frente al Llagostera (2-1) y la 18 contra el Almería (1-0).

Hoy el récord vuelve a estar a tiro, pero llega un equipo complicado, rival directo que compite por ascender. Sucede que esta temporada el Tartiere está siendo para el Oviedo más escudo que nunca, especialmente después de esa racha de goleadas a domicilio que lo que hicieron fue elevar esas sensación de que el sostén de verdad estaba en casa.

Las estadísticas del Oviedo ante su gente son prácticamente intachables. Está el borrón del Reus (0-1) y el del Córdoba justo antes de las navidades. Y hubo un empate sin goles ante el Mirandés en las primeras jornadas, frente al Numancia y contra el Lugo. El resto de partidos, ocho, se cuentan por victorias, las últimas tres de forma consecutiva, todas en este 2017.

El primer partido del año en casa fue la victoria reparadora ante el Elche (2-1), día en que la buena noticia fue la espectacular irrupción de Saúl Berjón, que desde entonces avanza desde la titularidad en ese proceso de adaptación necesario para todos los recién llegados. Los azules repitieron victoria en casa la jornada siguiente, frente al Valladolid (1-0) y, hace dos domingos, en una mañana fría y lluviosa, el equipo de Fernando Hierro se deshizo del Mallorca (2-1). Tres de tres que esta tarde puede ser cuatro de cuatro, un reto que vendría bien para afrontar un calendario que pronto, el mes que viene, deparará dos jornadas consecutivas fuera de casa (Numancia y Rayo), periodo donde se aprovechará, por cierto, para cambiar parte del maltrecho césped.