Como un extraño en su propia casa. Al Oviedo, en este inicio de Liga irregular, se le atraganta jugar en el Tartiere. El partido ante el Elche, después de convencer ante el Lugo, se veía desde el vestuario azul como la oportunidad perfecta para ganar en casa por primera vez y reafirmar las buenas sensaciones. No sucedió, y el empate final hace regresar las dudas y pone encima de la mesa el peor arranque del Oviedo como local a estas alturas desde hace siete temporadas, la 2011-2012, en Segunda B, precisamente con Pacheta, el entrenador del Elche, como inquilino del banquillo carbayón.
El Oviedo suma dos puntos en tres partidos en el Tartiere. Actualmente, esos números sitúan a los de Anquela como los segundos peores locales de la categoría, junto con el Reus, que también suma otros dos. El recién ascendido Extremadura, que empató en el Tartiere, es el único conjunto que cuenta sus partidos en casa con derrotas. Para encontrar unos números tan malos del Oviedo en su estadio hay que bucear varias temporadas atrás. Desde el regreso a Segunda en 2015, los azules siempre respondieron en casa desde el principio. El año pasado, con Anquela, el Oviedo logró seis puntos en sus tres primeros partidos de local (una derrota y dos victorias). Los dos anteriores, con Hierro y Egea,-Generelo acabaría esa temporada,- fueron cuatro los puntos obtenidos en las tres primeras visitas de un rival.
El pico más alto en el inicio de las últimas ocho temporadas lo logró el Oviedo de Egea, en el año del ascenso a Segunda, la temporada 2014-2015, que contó sus tres primeros encuentros en casa con tres victorias en una temporada que acabaría de la mejor manera posible para el oviedismo.
Únicamente el Oviedo de Pacheta, hace ya siete temporadas, tiene peores números en tres encuentros como local que el conjunto de Anquela. Los azules sumaban por entonces un punto y habían perdido los otros dos encuentros. Casualmente, como le pasó al Oviedo ante el Zaragoza esta campaña, también los de Pacheta habían encajado una dolorosa derrota. Fue en la segunda jornada, ante el Toledo, en el que era el primer partido en el Tartiere del año, que acabó con un 0-3 y una pitada de la grada. En el siguiente encuentro el Oviedo perdió 1-2 ante el Lugo, y en el tercero logró sumar puntos por primera vez, con un empate (1-1) ante La Roda. Pese a ese mal inicio, Pacheta logró reconducir al Oviedo en su feudo y los azules, que acabaron sextos esa campaña, a tres del play-off, acabaron siendo los segundos mejores locales de la categoría (43 puntos), solo por detrás del Madrid Castilla, que acabó líder ese año y ascendió a Segunda División.
