Hortensio Fernández Extravís "Tensi" (1946-2011) sería hoy un bicho raro en el mundo del fútbol. Historia del Oviedo, uno de los grandes capitanes de los 92 años del club, vistió la camiseta azul trece temporadas (de 1965 a 1978), toda su vida futbolística. Si la carrera de Tensi, que nació en Les Pieces (Langreo), se hubiese desarrollado en la liga inglesa, sería conocido como un "one club men" (como llaman en Inglaterra a los jugadores que solo pasan por un equipo). En Asturias, los que le trataron de cerca prefieren definirle más bien como un "paisano", uno de las mejores acepciones que se pueden tener en esta región. Y es que la figura de Tensi se debe abarcar desde dos prismas. El primero el futbolístico: un central contundente, con buena colocación, no especialmente alto, pero con un juego aéreo envidiable y siempre atento al cruce. Uno de los grandes defensas de la época, al que le faltó, injustamente, según muchos que le conocieron, ser internacional con la selección.
Pero la figura de Tensi en la historia del Oviedo trasciende del césped. Dejó huella desde el prisma personal. Su bonhomía, su carácter y, sobre todo, su carisma, le convierten en un auténtico mito. Un capitán del Oviedo que no tenía problemas de departir amistosamente con los aficionados en un entrenamiento y ponerse a contar batallitas del vestuario. Tensi, simplemente, era oviedismo. "Un paisano, en Asturias no hay mejor adjetivo para hablar de Tensi. Fue una persona que transmitía bondad y que contribuyó a que el Oviedo fuese un equipo señor, con clase. Era un hombre con el que merecía la pena cruzarse en la vida", detalla Radomir Antic, exentrenador del Oviedo en Primera, que tuvo a Tensi como segundo entrenador. "Más que un amigo para mí, compartimos momentos y recuerdos inolvidables y siempre me acordaré de él con cariño y también de su familia", explica el serbio.
Una de las personas que mejor conoció a Tensi fue José Manuel Prieto, exfutbolista del Oviedo: "Jugamos juntos en todos los equipos. Nos conocimos en infantiles, empezamos en Les Pieces y llegamos juntos al Oviedo, pasando por el Vetusta. De Tensi destacaría sobre todo que era una persona normal, que ya es bastante hoy en día. Fue cogiendo pose de líder con los años, como pasó anteriormente con Toni Cuervo, que fue otro gran capitán del club". Uno de los aspectos del fútbol que ha cambiado con los años es la relación de los jugadores con los jugadores del máximo rival. La generación de Tensi tenía mucha afinidad personal con los futbolistas del Sporting, aunque luego en el campo saltasen chispas. Tensi, por ejemplo, tenía una gran amistad con Quini, mito del Sporting. Todo se vivía con mucha más normalidad que ahora, asegura Prieto: "Tensi vivió tiempo en Gijón, en la calle Ezcurdia, con su madre. Muchas veces íbamos todos y nos preparaba paella. Coincidíamos con los del Sporting y no había ningún problema. Comíamos con ellos habitualmente, pero luego en los partidos ni nos mirábamos. La relación, antiguamente, era distinta, creo que ahora también la tendrán, pero no tan calurosa".
Pedro Zuazua, periodista y exconsejero del Oviedo, trató de cerca a Tensi y a su familia en Ribadesella. "Cuando había malos momentos eran habituales las terapias de grupo en su casa de Ribadesella. Él era el gran anfitrión y ejercía de patrón. Ya no hay jugadores que creen una conexión tan fuerte como Tensi. Era nobleza, generosidad, bonhomía y oviedismo", relata Zuazua, que era "el hombre más feliz del mundo", cuando, si ganaba el Oviedo, coincidía con Tensi en el bar "La Atalaya".
Juan Mesa, que colaboró recientemente en el libro "Tensi", junto con la peña Azul Riosellana, tiene una definición perfecta para el gran capitán: "Amigo de sus amigos, e incluso de sus enemigos".
