Joselu erró el domingo en el Tartiere ante el Reus (3-0) el primer penalti a favor pitado al Oviedo en esta campaña. Bárcenas, uno de los más destacados en el encuentro, acudió raudo al rechace y cedió al delantero, que transformó a placer y metió el tercer gol de partido.

El Tartiere festejó y el Oviedo también, consiguiendo su segunda victoria consecutiva del curso. Pero el gafe en los penaltis, que acompaña a los azules durante los últimos años en Segunda, volvió a aparecer. Además en un jugador, Joselu, que en su etapa en el Lugo, donde llegó a ser máximo goleador de Segunda, se convirtió en un auténtico especialista desde los once metros. La temporada pasada, la primera de Anquela, en la que el Oviedo se quedó a un sólo gol de jugar la promoción de ascenso a Primera División, el Oviedo falló el 66% de los penaltis. En Liga, sólo anotó dos de seis. Especialmente perjudicial para el Oviedo fue el que falló Linares, ahora en el Reus, en el encuentro ante el Huesca de la primera vuelta en el Alcoraz (1-1). El delantero aragonés volvería a errar desde los once metros otra vez frente a los oscenses, en la última jornada liguera en el Tartiere. El resto de encuentros en los que los azules erraron desde los once metros, acabaron con victoria carbayona: Rocha ante Osasuna en el Tartiere (1-1) y Berjón ante el Nàstic en el Nou Estadi (2-1). Uno de los aspectos que llamaba la atención era que el Oviedo no tenía un especialista habitual, ya que se alternaron varios lanzadores distintos dependiendo del partido. Berjón, Rocha, Aarón Ñíguez y Linares fueron los lanzadores. Este año, tampoco parece haber un lanzador claro. La temporada pasada el gafe desde los once metros llegó incluso a la Copa del Rey, ya que Linares también fallo en la eliminación ante el Numancia en el Tartiere (1-0).

Aunque de momento sólo hayan tenido uno a favor, perfeccionar los tiros desde los once metros es uno de los apartados que suele entrenar con ahínco el Oviedo, al menos una vez a la semana en El Requexón. Alanís, Christian Fernández, Tejera e Ibrahima, suelen ser los que se quedan ensayando. Precisamente el delantero senegalés era el que iba a tirar la pena máxima ante el Reus, aunque finalmente se la cedió a Joselu, que llevaba una sequía goleadora de dos meses. Los penaltis pueden ser un factor determinante en una categoría como Segunda División, que penaliza cualquier detalle.