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La lupa

El termómetro del Rayo

El bajón del equipo madrileño coincide con el de su mejor jugador, Embarba, con ofertas de Primera

Embarba, en el partido ante el Deportivo de La Coruña. LOF

La historia de Embarba (Madrid, 1992) con el Rayo Vallecano es tan perfecta que puede acabar mal. Un futbolista que, tras pasar por las canteras del Madrid, el Leganés y el Getafe, acabó jugando en equipos de Tercera División, como el Marchamalo de Guadalajara o el madrileño Carabanchel. Siempre en la periferia de la capital. El talento estaba y el Rayo se lo llevó para probarlo en su filial. El acierto fue enorme. Enseguida debutó en Primera División y tras una campaña, la 2013/14, en el segundo equipo firmó por cuatro temporadas con los mayores. El Rayo se había encontrado con un extremo de una clase extraordinaria cuya especialidad es surtir de goles a sus compañeros. Esta temporada lleva ya nueve asistencias, siendo con mucha diferencia el que más ha dado de la competición, por delante de Saúl Berjón, con cinco.

El problema es que al Rayo Vallecano le costó conservar a su buque insignia este verano y aún vive con miedo a que se lo arrebaten en invierno. La ofensiva vino del Espanyol, equipo con dinero tras la venta de Borja Iglesias. Los de Vallecas aguantaron el envite y no soltaron a un jugador al que consideraban fundamental para cumplir su objetivo: volver por la vía rápida a Primera División.

Y el delantero demostró que había razones para ello haciendo un fabuloso inicio de temporada. No solo daba goles, también los marcaba (lleva cuatro). El equipo, sin alardes, comenzó bien el curso, sumando ocho de los quince primeros que se disputaron. Luego llegó una insólita racha de cinco jornadas seguidas empatando que acabó con una victoria (2-1) ante el Tenerife en el primer partido de la temporada en el que Embarba no formó de inicio.

La situación ya entonces no era la esperada por el conjunto madrileño, lejos de los puestos de ascenso directo. A pesar de todo, la botella aún se veía medio llena. Pero la mala racha (tres derrotas y dos empates) que sucedieron a esa última victoria ha hecho sonar todas las alarmas. Un periodo en el que, encima, su líder, su jugador bandera, Embarba, ha empezado a generar dudas. El rendimiento ha bajado y los rumores regresaron. Dicen que lo que le pasa es que se está negociando su futuro y que eso le inquieta. El caso es que en la pasada jornada, en la derrota 0-1 del Rayo ante el Zaragoza, fue suplente por segunda vez.

Difícilmente lo volverá a ser hoy (16 horas) ante el Oviedo en el Tartiere. Un día en el que Paco Jémez se juega el puesto. Embarba, que tendrá enfrente a Christian Fernández, lo sabe. El máximo asistente de la Liga, en estado de gracia, puede ser letal para un Oviedo que llega en estado de extrema necesidad. Por lo tanto, lo mejor para los azules será encontrarse hoy con un Embarba más preocupado de saber si pronto vestirá otra camiseta o de si seguirá con el club que le cambió la vida y le llevó de jugar en Carabanchel a visitar el Bernabeu.

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