El Oviedo regresó esta mañana a los entrenamientos tras el batacazo ayer en Lugo (1-0) y la bronca posterior de los aficionados en los exteriores del Anxo Carro. El Requexón amaneció con varias pancartas de advertencia a los jugadores, que fueron retiradas después de que los futbolistas las vieran al llegar al entrenamiento. La sesión, a puerta cerrada (la primera vez que hay un entrenamiento a cal y canto tras un partido), empezó sobre las 10.45 horas. Federico González, asesor de Carso en Oviedo, estuvo en El Requexón, saludó a los periodistas y se retiró quince minutos antes del entrenamiento.

El primer futbolista en salir del vestuario y dirigirse al campo número uno, seguido por Lunin, fue Berjón, uno de los futbolistas más increpados ayer. Casi nadie hablaba y las caras largas eran la tónica general de una mañana con niebla en la ciudad deportiva. Los titulares ayer en Lugo salieron calzados con deportivas en una sesión que estaba el futbolista del filial Javi Cueto. El Cuco Ziganda, técnico azul, aprovechó los primeros quince minutos para repasar conceptos tácticos y de colocación con todos los jugadores.