El ambiente pre-derbi en El Requexón es absolutamente hermético. Como muestra, un ejemplo: no hay ya ni fotografías. El Oviedo volvió ayer al trabajo en la ciudad deportiva para preparar el trascendental partido ante el Sporting de mañana en El Molinón. Ziganda, que contó con toda la plantilla disponible excepto los lesionados (Nieto, Coris, Berjón y Jorge Mier, que hicieron trabajo al margen), apuesta por el mayor sigilo posible para no dar ningún tipo de pistas al rival. La plantilla se ejercitó en el campo número 1 de la ciudad deportiva, lo más alejada posible de la vista de periodistas y curiosos que acudieron a seguir el entrenamiento desde fuera de las instalaciones (El Requexón está cerrado a cal y canto siguiendo el protocolo).

El club azul, que durante la pandemia distribuía imágenes prácticamente tras cada sesión (así fue hasta el último entrenamiento antes de enfrentarse al Dépor), alteró la rutina en la previa del derbi y ni siquiera en sus perfiles oficiales pudo atisbarse nada de lo practicado a las órdenes de Ziganda. La entidad, incluso, dio orden a la seguridad del club de cerrar el portón de la entrada. El técnico navarro dirigió ayer una sesión táctica, mantuvo varias charlas individuales con sus jugadores (por ejemplo, con Mossa y con Sangalli) y ya perfila su once para el derbi, en el que todavía emergen varias incógnitas. Una de ellas, la posición de Borja Sánchez, que podría ubicarse en la izquierda en vez de la mediapunta, aunque está por decidir. La mañana en El Requexón, además, tuvo una anécdota relacionada con unas pancartas, ya que el Oviedo pidió disculpas tras retirar en El Requexón varios mensajes de apoyo a los jugadores que previamente habían colocado, el viernes, en el interior y en el exterior de las instalaciones, miembros del grupo Symmachiarii. "Luchad y pelead hasta el final, no hay tregua", rezaba una de ellas. Todas fueron retiradas a primera hora de la mañana, lo que provocó numerosas críticas de aficionados a través de las redes sociales y también un tirón de orejas de Symmachiarii: "Por desgracia alguien en Real Oviedo (o el propio club en sí) no considera ni oportunos ni necesarios los mensajes de ánimo". El club se disculpó después: "Gracias por vuestro aliento incondicional, afición. Jugadores, cuerpo técnico y empleados han comenzado el día con vuestro mensaje. Disculpas, de corazón, por el malentendido y su retirada al iniciarse la sesión", escribió el club azul.