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El Oviedo empieza de cero con los porteros

El regreso de Lunin al Madrid y las salidas de Alfonso y Champagne obligan al club a fichar dos metas

Esteban durante un partido con el Oviedo. MARÍA GÓMEZ

El Oviedo ha vaciado su portería y está obligado a buscar al menos dos recambios durante este verano para una posición tan determinante. Es la primera vez que el club azul se queda sin ningún guardameta de una temporada a otra desde que regresó al fútbol profesional. Cuando lo hizo, en la campaña 2014-15, con Esteban como titular indiscutible, el conjunto azul mantuvo al avilesino y fichó como refuerzo a Rubén Miño para intentar competir con el histórico portero azul.

El propio Esteban siguió una segunda temporada en Segunda, si bien, fue Juan Carlos el que se hizo con la titularidad y jugó las 42 jornadas de Liga, algo que impidió que Esteban lograr el récord de ser, con 42 años, el portero más veterano en jugar en la categoría de plata del fútbol español. En esa campaña, la 2016-17, el Oviedo fichó para el filial a Alfonso Herrero, con la intención que para la siguiente campaña se sumara al primer equipo. Así, en la 2017-18, fueron Alfonso y Juan Carlos los que se repartieron el puesto de portero tras la salida de Esteban.

La pasada campaña fue Alfonso el que dio continuidad a la portería del Oviedo y Champagne el que llegó para competir con el toledano. Los dos han salido del equipo este verano y tampoco Lunin, que llegó en el pasado mercado de invierno, se va a quedar, en este caso porque regresa al Madrid tras una cesión. Estas tres bajas dejan completamente desguarnecida la portería del Oviedo y obligan al club a peinar el mercado para encontrar a dos guardametas de garantías.

Una posición que ha demostrado ser muy importante en la lucha por salvar la categoría que ha mantenido el Oviedo en la temporada recién concluida para el conjunto azul. La llegada de Lunin en el mercado de invierno dio un salto de calidad al equipo y sus intervenciones sumaron puntos al equipo que al final permitieron alcanzar el objetivo de la permanencia.

El director deportivo del Oviedo, Francesc Arnau, conoce mejor que nadie la importancia de la posición, puesto que él mismo fue guardameta en su etapa como futbolista profesional. El catalán dividió su carrera entre el Barcelona, equipo al que llegó desde el filial, llegando a jugar varias temporadas en el primer equipo, y el Málaga, equipo en el que jugó durante una década y donde comenzó también a dar sus primeros pasos como director deportivo.

El conocimiento que tiene Arnau de la posición le llevó a volcarse durante el pasado mercado de invierno en la adquisición de Lunin, que fue la que más celebraron desde el club azul por lo que podía aportar y por las muchas dificultades que se encontraron.

El trabajo se le acumula ahora a Arnau, que deberá cuadrar las cuentas y revisar los contratos de todos sus jugadores para hacer un equipo compensando y que pueda competir con garantías, sobre todo evitando los sufrimientos que ha tenido esta temporada para mantener la categoría. Una de las claves para conseguirlo estará en el acierto que tenga para encontrar a los porteros adecuados.

El único paso que se ha dado en este sentido hasta el momento ha ido enfocado a reforzar al filial, que compite en Segunda B, donde tampoco seguirá Jaume Valens. El conjunto azul tiene prácticamente cerrada la cesión de Cheikh Sarr, un meta senegalés de 1,91 de estatura y 20 años que vendría cedido por el Nástic de Tarragona, donde la pasada temporada apenas tuvo protagonismo.

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